"Estoy trabajando acá desde septiembre pasado. Y estar acá, rodeado de responsabilidades y buenos compañeros, sinceramente, me cambió la vida", cuenta Misael Gutierrez, quien llegó a Pinamar cuando tenía 10 años y actualmente se desempeña dentro del equipo de Zoonosis y Salud Animal como ayudante de los veterinarios que allí cumplen tareas profesionales: "Siento que necesitaba este empuje anímico de sentirme útil, de poder brindar mi ayuda, mi cariño por los animales, acompañando a mis compañeros de equipo. MI cabeza está ocupada y feliz".
"Hablar de lo que hago me ayuda también. Yo sufro un cuadro de esquizofrenia depresiva y tener esta oportunidad me ha ayudado muchísimo. No tengo miedo de hablar de mis problemas porque ya soy parte la solución, no lo puedo explicar de otra manera", detalla sin tapujos.
"Tener actividad me hizo bien en todos los sentidos posibles", explica Misael quien vive aquí su primera experiencia laboral. Durante su primera entrevista, él le contó a la responsable del área, Evelina Sangorrín, su gusto por los animales y eso generó el ofrecimiento para que pudiera acompañar al equipo en el día a día. Este contacto con su vocación favoreció la salud mental de Misael y son sus propios compañeros los que hoy dan cuenta del entusiasmo con el que aborda cada jornada laboral.
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