
Corría el primer año de la gestión del Dr.B.A.Altieri (1992), cuando resolvió dejar sin efecto una cláusula gatillo, que permitía un ajuste aumático en el sueldo de los municipales, gran parte de los empleados y obreros resolvieron no realizar ningún reclamo ante el lógico temor de alguna represalia hacia ellos, que hiciese que los despidiesen. Otros, los menos, apenas 52, resolvieron ir a la Justicia, y si bien en nuestro país ésta tiene un ritmo verdaderamente lento, imitando la fábula de la tortuga y la liebre, también llega a la meta y hasta gana.
Esto pareciese que va a ocurrir por estos tiempos, y la cifra total es importante, sobre todo cuando hablamos de 10 años de deudas, más los intereses correspondientes a lo que hay que sumar la cantidad de agentes.
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