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Circo, aquel milenario espectáculo devenido en artístico, itinerante, con acróbatas, contorsionistas, equilibristas, forzudos, ecuyeres, magos, malabaristas, payasos y trapecistas ¡ha llegado al pueblo, señoras y señores! En el caso del Circus de Cino, por propia elección sin imágenes de animales ni deformidades. Reviven sí la gran carpa, la pista, el aserrín… Las sillas de chapa para el público... La banda en vivo, el redoblante… Las sogas. Altura y vértigo. Ensoñación, miedo y risas. Golosinas y una foto de recuerdo, pequeña, encerrada en un visor plástico. Para los niños de hoy, tal vez una historia de abuelas, difícil de encontrar en las variedades de jueguitos de la Play Station. Para muchos de nosotros, parte infaltable de la infancia.
Allí estuvimos, en la vernissage de inauguración el 9 de octubre, rescatando anécdotas, recuperando puntos salidos de las agujas de los años 50…60…70. Así las imágenes de Cino nos ayudaron a re-tejer el pasado, fácilmente, con aquellos colores, y nos permitieron sentarnos en primera fila. Esto es lo que sucede cuando el artista no entrega puramente técnica en la obra, sino que el pincel lo mueven sus imágenes interiores. Allí quedaron las sensaciones vividas por la niña Marta en quien sabe cuántas tardes de domingo, cuando el parlante anunciaba la emocionante llegada al barrio… Ahora, podemos disfrutar esa emoción y actualizar la nuestra. Está capturada en sus diez obras al óleo. Como siempre, con la locura, la provocación y la frescura que Marta Cino le imprime a lo suyo.
La muestra Circus está abierta hasta el 15 de Noviembre. En la sala del Playas Hotel, por gentileza de la señora Elsa Shaw y con el auspicio de Galería Hoy en el Arte de Teresa Nachman. No dejen de visitarla. Viajen en el tiempo. Recuperen por un momento la bella inocencia de la infancia.
MARCELA MELFI
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