Todo comenzó cuando se acercó al lugar representantes del STMP a los efectos de poner en conocimiento a sus compañeros que el próximo miércoles se realizaría un paro de actividades, como así también ponerlo en conocimiento del mismo al Secretario de Seguridad a los efectos que no se produjesen hechos de conflicto en una eventual movilización.
Los representantes sindicales -según sus declaraciones- se encontraron con un Secretario de Seguridad que les anticipó que en el supuesto de llevarse a cabo un paro, aquellos que participaran del mismo serían cesanteados.
Ante estas amenazas -a las que se sumaron otras- motivaron que dirigentes del STMP se acercaran a la Fiscalía (a escasos metros del lugar) y presentaran la denuncia por amenazas del Secretario de Seguridad Sr.Carlos Mansilla a sus personas, culminado ese trámite regresaron a la puerta de la Sec. de Seguridad que se encontraba fuertemente custodiada por personal policial de distintos sectores (hasta concurrió a prestar apoyo un móvil del partido de Ezeiza, lugar de origen del Sec.de Seguridad).
Los empleados a medida que pasaban los minutos se fueron congregando frente al edificio de Totoras al 100, trayendo hasta una pala cargadora frontal que de manera amenazante pusieron pegada a la parte trasera de un móvil de la Secretaría.
Los bombos comenzaron a sonar, y los empleados a coro pedían que se alejara de su cargo el Sr. Mansilla, como así también todos aquellos funcionarios del área que fueron convocados por él desde el municipio de Ezeiza.
Más tarde y cuando se reclamaba a viva voz la presencia del intendente Elizalde, se hizo presente el Jefe de Gabinete Gustavo Milanesi, quien le aseguró a los empleados y obreros presente que ninguno sería despedido, e invitó a un diálogo a los dirigentes del STMP, con el fin de evitar más conflictos.
La presencia del Comisario Benaghi descomprimió la situación cuando mandó a retirarse a las fuerzas policiales, quedando solamente dos efectivos en la puerta de entrada del edificio, lo cual evidencia que si bien el malestar de los empleados y obreros era evidente, ellos mismos se contenían para no provocar ningún hecho que después hubiera que lamentar. Bien por el Jefe de Gabinete que dió la cara por el D.E., y mal por el Intendente que debería haber sido él quien concurriese a hablar con el personal municipal allí autoconvocado.
ESTO SUCEDIA HORAS ANTES CUANDO EL STMP RECORRIA LAS INSTALACIONES DEL SECTOR (MATERIAL DIEGO URIBE)
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