Casi dos años después de haber sido acusado, en plena lucha electoral contra el kirchnerismo, de omitir la declaración de dos cuentas bancarias en el exterior, Enrique Olivera paladea hoy el agridulce sabor de la revancha.
Su entonces denunciante, el ex funcionario ibarrista Daniel Bravo, presentó en las últimas horas en la Justicia un texto de retractación, en el que reconoció que los datos de la presentación judicial contra Olivera eran falsos y que con la denuncia creó “injustamente un manto de dudas” sobre el entonces candidato a legislador porteño por ARI.
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En el escrito, el hijo del fallecido diputado socialista Alfredo Bravo pidió disculpas a Olivera y a su familia, y dijo que fue “utilizado involuntariamente” para motorizar la presentación ante la Oficina Anticorrupción, que minó de forma significativa las chances de Elisa Carrió –líder de ARI– en las elecciones legislativas de octubre de 2005.
“Hago extensivas mis disculpas al agraviado y a su familia, haciéndolas extensivas al partido que representa, ratificando mi opinión de que Enrique Olivera es un hombre de bien con una conducta intachable”, afirmó Bravo en el texto presentado ante el juzgado correccional 12 de la ciudad de Buenos Aires, a cargo del juez Raúl García. "Siempre estas cosas llegan tarde, los daños electorales están hechos. De cualquier manera, me reconforta esta retractación porque demuestra que todo lo que he venido sosteniendo [y la opinión pública había reconocido] era cierto", afirmó Olivera a LA NACION.
En tanto, Bravo reconoció a este diario que había presentado el escrito, pero lo calificó de "acuerdo de partes, no una retractación".
Un discurso bien distinto del de los momentos posteriores a la denuncia, cuando acusaba a Carrió de "aliarse con un conservador" y desafiaba al ex jefe del gobierno porteño a "demostrar en los tribunales que todo es una operación política". El diálogo con LA NACION fue breve porque Bravo se disculpó de dar más datos debido al fallecimiento de un familiar.
La controversia que involucró a Olivera comenzó tres días antes de las elecciones del 23 de octubre de 2005, cuando Bravo -por entonces secretario de Deportes porteño- presentó ante la Oficina Anticorrupción una denuncia anónima que acusaba a Olivera de tener dos cuentas no declaradas en bancos de Suiza y los Estados Unidos. De inmediato, Carrió calificó el hecho de "burda operación política", con la mira puesta en el jefe de Gabinete, Alberto Fernández.
Le contestaron con dureza.
El propio presidente Néstor Kirchner recordó públicamente el pasado delarruista de Olivera, y Fernández pareció disfrutar del escenario. "Una vez que les toca explicar a ella [por Carrió] y a sus socios es un problema y parece que estamos queriendo doblegar la voluntad popular", se quejó entonces el jefe de Gabinete.
Días después de los comicios, y rodeado por diputados de ARI, Olivera demostró que la información sobre presuntas cuentas en el banco HSBC de Nueva York era falsa. También inició gestiones con el Credit Suisse, pero la banca suiza nunca confirmó ni desmintió la información.
Nota: tambien en aquella oportunidad la "operación" comenzó 3 días antes de las elecciones impidiendo que la Justicia actuase y mantenerse el manto de duda por 24 meses.
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