Inés imperial nació en Uruguay, muy joven decidieron con su marido radicarse en Argentina. Su destino era Pinamar, donde llegaron con trabajo pero sin conocer a nadie en una ciudad que tenía muy pocos habitantes.
A los 40 años sin ninguna razón recuerda: “me apoyé sobre una pared y le pregunté a Dios ¿cuál es mi misión”? porque para Inés todos tenemos una misión en la vida.
Su vida tuvo un giro al conocer al Padre Elías porque a partir de allí puso su vocación en ejercicio. Primero la apertura de un comedor y luego el Centro Divino niño Jesús.
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