LA PALABRA EMPEÑADA -A VECES Y PARA ALGUNOS- NO TIENE MUCHO VALOR

El pasado martes, no se llevó a cabo la sesión extraordinaria en el Consejo Deliberante de Pinamar. El motivo de la convocatoria era darle forma al reglamento del servicio de guardavidas en el Partido de Pinamar. Esto que debió ser resorte del Departamento Ejecutivo municipal, por expresa disposición del intendente fue derivado al Concejo Deliberante. Este ante semejante pedido, realizó varias reuniones a las cuales concurrieron representantes del ejectuv, seguridad en playa, el sindicato de trabajadores municipales y el SUGARA.
Luego de concluídas esas 6 reuniones, en las cuales se tiraron distintos puntos sobre la mesa, se llegó a la convocatoria de la Sesión Extraordinaria a los efectos de darle forma legal a lo elaborado, todo iba bien, hasta que 5 hs. y 30· previas a la misma los concejales Pardo, De Vito, Pavón, Di Pascuales, Sosa y Santoiani, firmaron un acta por la cual resolvían no dar quorum, dado que el motivo de la convocatoria no era de urgencia y podía esperar el tiempo de las "ordinarias" (mes de abril en adelante). Todo esto, que a simple vista, tiene un razonamiento lógico, como se vinieron sucediendo los hechos evaluamos lo contrario, les paso a comentar: a principios de enero, el intendente en reunión con los guardavidas se compromete a través de la firma de un acta a reglamentar la actividad, cosa que incumple en la fecha prevista y delega esta potestad en el HCD. Algunos integrantes del cuerpo de guardavidas esgrimieron la posibilidad de ir a una huelga, pero en una reunión mantenidad con el cuerpo deliberativo a la cual concurrió el diputado nacional Hector Recalde -asesor el cuerpo de guardavidas- aquellos levantaron la medida de fuerzo y comenzaron las charlas, que pareciese solo fue una estrategia dilatoria para algunos.
Fracasada la sesión extraordinaria, muchos en el Ejecutivo, apostaban por la realización de un paro del plantel de guardavidas. Pero una vez más demostrando el espíritu dialogista de la Asociación de Guardavidas de Pinamar, desistieron de esa acción, pero no de la de peticionar a nivel judicial para que el Ejecutivo cumpla lo exigible por ley vigentes y que su no cumplimiento comprometen el trabajo eficiente de los guardavidas, y obviamente ponen en riesgo la vida de los bañistas ante cualquier inconveniente.