La basura colma los cestos de viviendas, hoteles y restaurantes de Pinamar. No importa por donde uno transite, calles internas o avenidas, playas o senderos boscosos, el mal olor anuncia desde lejos la mugre y la basura nunca recolectada por la empresa Covellia S.A. ni por el área de Servicios Urbanos, a cargo de Alberto Morales.
La recolección de residuos y su posterior tratamiento es un tema que preocupa a la Asociación Unidad y Participación Ciudadana (AUPC) desde hace años. “Hoy, nuestra institución está preocupada: nuestro trabajo en pos del cuidado del medio ambiente no avanza fruto de una falta de política municipal planificada” dijo Daniel Sarubi, presidente de la asociación. “La playa está abandonada, hay una erosión de arena impresionantes, se ha talado indiscriminadamente sin una campaña de reforestación, las napas están contaminadas producto de las más de veinte lagunas de derrame de líquidos cloacales, no se limpia la ciudad y los puntos verdes han sido trasladados a metros de la Dirección de Ecología donde se quema la basura ocasionando una contaminación del aire impresiónate”.
Una ordenanza que no se aplica
El año pasado, el HCD aprobó una ordenanza sobre cuidado ambiental elaborada por la asociación que plantea la urgente necesidad de contar con una Planta de Residuos Sólidos Urbanos que culmine con la contaminación “y que propone una planificación seria, responsable y beneficiosa para Pinamar”. Se trata de un trabajo integral que necesita cumplimentar tres instancias: “Primero, declarar el tema de interés municipal reconociendo la problemática para trabajar en las soluciones. Segundo, es necesaria una campaña fuerte desde el Municipio hacia los establecimientos educativos”. Y el tercer paso es la elaboración de un estudio de prefactibilidad “que ya lo hicimos nosotros con un especialista que nos orientó sobre las formas de encarar el tema en Pinamar planificando las etapas en forma ordenada y paulatina para ir llegando al reciclado”.
Sarubi explicó que Pinamar tiene ciertas características geográficas y demográficas que ayudan a trabajar en forma progresiva”. Según el presidente de la asociación, la ordenanza no se puso en práctica “porque se sigue tercerizando la recolección. Me doy cuenta que algún interés porque se permite un servicio ineficiente. Estos contratos faraónicos le hacen un agujero impresionante al presupuesto municipal pero las autoridades no prevén que, a través de una planta de reciclado podríamos recuperar un 70% de los recursos”.
. Una licitación cuestionada
Con respecto a la aprobación de la licitación para la construcción de una Planta de Residuos Sólidos Urbanos inorgánicos y reciclables por una empresa cuestionada por algunos ediles (Del Sol, Obras y Proyectos S.A.) y que estará a cargo de la Fundación Ecológica de Pinamar, la Iglesia Nuestra Señora de la Paz y la Asociación Marana Tha, Sarubi manifestó su preocupación “porque solo se trata de un maquillaje y no de una solución”. Una solución “verdadera” plantea el cumplimiento de los tres ítems explicados anteriormente. “El trabajo a programar implica la recolección diferenciada de residuos y una deposición final distinto a como se maneja ahora”. Por eso, remarca Sarubi, “no se debe dejar de lado el tratamiento de los residuos orgánicos”.
El presidente de la entidad explica que “al haber una planta de reciclado municipal, si o si, la recolección debe ser municipal. No puede ser tercerizada. Ahí se termina el negocio que tienen las empresas recolectoras que brindan un servicio malo, cobran un servicio caro y, encima, la plata se la llevan de acá. Si la recolección fuera municipal, se generarían fuentes de trabajo. El sindicato municipal tendría que apoyar esto pero sabemos que una cosa es el empleado municipal y otra el sindicato. Este, históricamente, fue uno de los que más apoyó la gestión Altieri, siempre fue su guarda pretoriana”. E insistió en que “el quiosco tiene que ser del Municipio, no de una institución intermedia ni de una empresa”.
“La fundación sido cómplice del mal manejo del medio ambiente”
Con respecto al subsidio provincial para construir una planta de residuos inorgánicos reciclables, cuyo monto asciende a $1.099. 987,99, Sarubi señaló que, “casualmente, siempre que hay algún subsidio, están involucradas las mismas instituciones: la Fundación Ecológica de Pinamar, la Iglesia Nuestra Señora de la Paz y la Asociación Marana Tha. Quiero creer que estas últimas dan el apoyo con total confianza a la fundación no sabiendo los trasfondos que persigue la fundación. Durante años, ésta ha sido cómplice del mal manejo del medio ambiente. Sino, que me muestren en qué momento ha sido critica de la gestión Altieri; en qué momento ha hecho campañas en contra de la destrucción de médanos, de la tala indiscriminada y a la falta de políticas de forestación o en contra de los derrames de líquidos cloacales o cuando ha dicho que la política de Altieri y de los gobiernos sucesivos ha ido en contra del reciclado” recrimina Sarubi.
La crítica de Sarubi se extiende a “esos canastos que están por toda la ciudad rebalsados de botellas y que sus carteles dicen: ´La comunidad de Pinamar recicla y genera recursos´. Y figuran esas tres instituciones.Quiero decir a la gente que en Pinamar no se recicla ni se generan recursos. Estos mensajes están cargados de mentira: juntando botellas y tapitas no sos reciclador. Una comunidad no recicla así. Acá hay que ir por una solución de fondo. Si el tema se quiere solucionar con una planta de clasificación de botellas y tapitas, acá, en Pinamar, seguimos en el horno”. Y agregó: “Estos muchachos que manejan el municipio, que ni siquiera son profesionales sino un rejunte de funcionaros que Atieri dejó, están haciendo un mamarracho. Solo confunden a la gente. Vamos a presentar una nota en el HCD porque queremos saber quién es el propietario de esa empresa que ganó la licitación y que no se conoce. Vamos a poner el ojo en esto que se aprobó el viernes”.
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