“Acuerdo de gobernabilidad”: una hipocresía al desnudo
En la mañana de la Box el intendente interino, Hernán Muriale, analizó la visita del gobernador y vicegobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli y Gabriel Mariotto respectivamente, en una misma semana y con un día de diferencia.
El panorama político pinamarense tiende a confundir más y más a la ciudadanía. El pase del concejal del PJ, Alfredo Baldini, a las filas del oficialismo, a lo que se suma las visitas de las máximas autoridades de la Provincia, reflejan: por una lado una unidad política difícil de digerir y por otro contradicciones argumentales que muestran mas que un acuerdo político, una negociación encubierta.
Hernán Muriale, en dialogo con el Cartero de Pinamar, manifestó que la nueva composición legislativa“terminó con la mayoría automática en el Concejo Deliberante”. Esta aseveración se debe al traslado de Baldini a la Secretaría de Turismo Cultura y Educación. Involucró en el esquema a las últimas votaciones de Alberto Germain, presidente del Concejo, y nombrándola al pasar incluyó a la concejal, Gladis Barce, reemplazante de Baldini. Es valido aclarar que la “mayoría automática” mencionada por el actual intendente se refiere a los votos expresados en el Concejo por los cuatro ediles del bloque Proyecto Nacional (hoy quebrado), el de Gabriel Vidauli, bloque Acuerdo Progresista Radical, y el indispensable doble voto de la presidencia.
“Acuerdo de gobernabilidad”
“El Dr. Altieri por una decisión personal hoy no va a ocupar el lugar del intendente. La decisión es más que clara: para lograr la gobernabilidad” dijo Muriale. Y atribuyó esa falta de gobernabilidad a que “después de ganar dos elecciones seguidas, 2010 y 2011, Altierie no logró la mayoría parlamentaria” necesaria para garantizar su gestión.
Según Muriale, es Altieri quien considera que su presencia “puede ser objeto de discordia para lograr un acuerdo político y poner a Pinamar en marcha. Es por ello que toma la decisión de apartarse". De esta manera minimizó los 31 cargos que constan en el dictamen de la Comisión Investigadora que decretó la destitución del eterno intendente. Dictamen que hoy está siendo evaluada en la Suprema Corte de Justicia bonaerense y el pueblo espera de la resolución.
Mientras Muriale declaraba el acto de grandeza del intendente destituido, al mismo tiempo por otra emisora, Altieri le aseguraba al periodista Tito Bausela: “Yo nunca he dejado de estar en función”. Y para rematarla se refirió a Baldini como “un sapo que había que tragar”
“Los concejales que se oponen –al intendente Altieri- es porque su negocio político es destruir todo para que haya elecciones y llegar al poder. Afortunadamente hay otros casos -por Baldini y Germain- que han visto como está Pinamar y tomaron una decisión muy valiente” indicó Muriale.
El análisis contable de Muriale sobre los votos de la ciudadanía, en la última elección, y la pertenencia de los mismos, resulta irrisorio. A la vez intenta justificar la alianza en la ecuación. El contador suma el 22 % sacado por Baldini (con un proyecto opositor al oficialismo) más el porcentaje que llevó al triunfo a Altieri, pero que no le permitió obtener un proporción favorable en cuanto a la representatividad en el Concejo que lo dejó nuevamente en franca minoría. Muriale reduce la legitimidad en la suma de fuerzas contrarias, como si los votos fueran riqueza absoluta y particular del candidato electo y ellos formaran parte de una moneda de cambio.
Un fallido elocuente: “Baldini tienen un proyecto personal… Personal no, sino partidario” dijo Muriale.
Muriale aseguró que el vicegobernador garantizó el supuesto pacto de gobernabilidad. Pero extraoficialmente es sabido que Mariotto nunca recibió en forma personal a ninguno de los concejales del PJ, y a él tampoco. Por lo que prevalece lo que declaró en el Concejo y consta en documento fílmico: “Yo no avalo nada”. No obstante, el primer mandatario municipal ignoraba también que el vicegobernador, en su diatriba en el Consejo de Partido Justicialista dijo: “Es el fin de un patriarcado” (no había escuchado el audio de Bausela). De todas formas, Muriale, insistió en que la llegada de las autoridades provinciales son parte del pacto de gobernabilidad. Pero la realidad evidenció que la hábil jugada política no es tan verosímil. Y Mariotto si bien apuntó a “asegurar la institucionalidad” como premisa máxima, en el discurso inicial fue un detractor de los acuerdo personales en beneficio propio.
Para concretar la jugada política, of de record se supo que Muriale se mostró como hombre fiel de la presidenta, Cristina Fernandez, y así conseguir los favores del vicegobernador, cuando todos saben que la cadena de mando es Scioli- Altieri -Muriale.
Por otro lado ante las declaraciones realizadas por Mariotto de las cuales nunca garantizó el supuesto aval aunque también esbozó algunas contradicciones, Muriale, les echo la culpa a los periodistas que según él “lo trataron como un hereje”.
Finalmente, con tanto acuerdo político pragmático cabe preguntarse: ¿Por qué Alfredo Baldini no estuvo presente cuando Mariotto visitó Pinamar? ¿O acaso esquivó el bulto?
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