De esas vivencias he aprendido muchas cosas en estos años de las personas y de la clase política dirigente.
Llegué a este Concejo por invitación del ex presidente Baldini, quien me distinguió para ejercer la Secretaría y posteriormente para encabezar su lista de Concejales de las que resulté electo. Mi reconocimiento por tan generosa actitud que me permitió participar en la política activa de Pinamar.
Mi primer agradecimiento va para los 3.200 votantes que me distinguieron con la Concejalía que ahora abandono. Para ellos la contínua gratitud y este mensaje de compromiso político y social a nuestra comunidad.
Asumí estos compromisos con la conciencia plena de entregar lo mejor de mí para satisfacer el cargo público y su responsabilidad, entendiendo que podía seguir aportando algo a la Ciudad donde vivo desde el año 2000, conociendo que estos nuevos compromisos diferían enormemente del ejercicio profesional de la abogacía que desempeñé en forma libre desde que me recibí, hace ya muchos años.
Siempre entendí, y creo haberlo demostrado en la labor legislativa que desarrollé, que la política es servicio a los demás y no una profesión vitalicia, y que se accede al cargo público con un sentido de provisionalidad, sabiendo que el cargo tiene fecha de vencimiento, y que era una oportunidad única para mejorar esta sociedad de Pinamar, a la que vuelvo como ciudadano a desarrollar mis tareas profesionales.
He postergado mis compromisos familiares y sociales para así hacerlo, agradeciendo a los míos la paciencia y el amor con el que me han acompañado en mi paso por este Concejo Deliberante, al que he servido y respetado profundamente.
Me tocó una época de crisis política aguda para intervenir. Formé parte del Concejo que destituyó legítimamente a un Intendente, en un grave episodio institucional, que aún se halla sin resolución en el ámbito jurisdiccional al que fue derivado.
Pero también debo reconocer, como un déficit importante de esa clase política que destituyó al Intendente, que no supimos reconstruir políticamente la continuidad de ese cargo, quizá por incapacidad, quizá por egoísmos y meros voluntarismos, y que no se salió de la crisis política hasta esta fecha en que fenece el período legal de la autoridad destituida y sus diversas suplencias y reemplazos.
Hago votos para que el nuevo período gubernativo tenga la capacidad y el coraje necesarios para recuperar la calidad institucional que permita a Pinamar superar todos los problemas que hoy la afectan, principalmente para mejorar a los que más lo necesitan. No hay felicidad posible en una sociedad si hay personas que sufren y padecen necesidades básicas, ese es mi pensamiento.
Respecto a mi labor legislativa, creo haber cumplido con mi participación, sin egoísmos, contribuyendo en los proyectos que consideré valiosos y elaborando iniciativas que entendí promovían una sociedad más justa, solidaria, tolerante y que se sienta integrada en un destino común. Así lo hice como Presidente de este HCD y como Legislador en este último período.
Me voy de un Concejo Deliberante que, en su composición desde el año 2014, se ha superado en excelencia y cordialidad y ha creado un excepcional y afable ámbito de trabajo, donde es fácil discutir y construir caminos comunes de entendimiento, y eso lo extrañaré, deseando que ese clima perdure en la nueva composición. Confieso que he conocido en el primer período de mi mandato, ambientes tensos, lleno de asperezas, descalificaciones y faltos de naturalidad. Por lo que advierto cómo se ha progresado en la convivencia política actual de este cuerpo legislativo.
Agradezco a todos los Sres. Concejales, Sres. Secretarios y Sres. Asesores la paciencia que han tenido sobre mi persona y les pido disculpas profundas si en algo he ofendido o perturbado a sus personas o sus ministerios, y si ha sucedido, sepan que lo hecho fue sin intención de dañar a nadie.
Dejo para el final, el agradecimiento desde lo emocional y personal para mis compañeros empleados permanentes y políticos del H. Concejo Deliberante, no nombrándolos a todos para no olvidar a ninguno. Ellos supieron –con gran sabiduría- trasmitirme el ánimo y empuje en los malos momentos. Ninguno de mis merecimientos, si los tuve, hubiera sido posible sin sus auxilios y esfuerzos.
Sería ingrato de mi parte no mencionar especialmente a la querida Prosecretaria Administrativa Susana Muradas, que se hizo cargo de la Secretaría del Cuerpo a mi pedido, en momentos difíciles, y jamás cejó en su trabajo y desempeño, haciéndolo sin reproches ni planteamientos. A ella le debo haber cumplido con mi mandato íntegramente. Gracias, gracias y gracias.
Cierro así este capítulo de mi vida deseando lo mejor para la nueva composición de este H. Cuerpo Deliberante, pues ello será, a no dudarlo, lo mejor para el futuro de Pinamar.
Muchas gracias a todos".
ALBERTO GERMAIN.
Concejal FpV 2011/2015
PINAMAR 26 / XI / 2015.
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