Para Micaela Rosales no hay imposibles, sólo obstáculos en la vida que nos dan la posibilidad de ser creativos y crecer. A los 16 años comenzó a estudiar en la Escuela para sordos Nº 515, que funciona en la ciudad de Mar del Plata. Hoy, siendo una persona con un importante grado de disminución visual, es una gran profesora de lenguaje de señas y nuestra más reciente incorporación a las escuelas abiertas municipales.
Cuando a los 16 años llegó a la Escuela 515 se encontró con un grupo que quería comunicarse con ella, especialmente Damián, un chico sordo que hoy es su gran amigo. De inmediato comenzaron a surgir las “diferencias aparentes”. Micaela, con su visión, sólo distinguía formas y, ellos, sus nuevos amigos de aquel entonces, tenían escasa habla.
Sin embargo, derribaron todas las barreras y empezaron un camino que certifica que, si hay voluntad, la comunicación siempre se puede producir. “Damián- cuenta Mica- se aprendió el abecedario braille, pero en ese momento yo no sabía mucho braille porque veía más. Un día una amiga llegó con un papelito donde tenía el abecedario de lenguaje de señas, fue otro de los intentos para entendernos con los chicos, es que ellos hablaban por gesto, no por letras. A veces para comunicarnos entre 3, éramos 10 intentando decirnos un hola, pero recuerdo con mucho cariño esos momentos”
“Siempre buscábamos una nueva forma de entendernos. Un día descubrí que si ellos se acercaban yo distinguía que alzaban los brazos. También me di cuenta que si nos tocábamos las manos podíamos interpretar qué nos queríamos decir. Y lo más gracioso nuestro código interno, un doble golpe de pie en el piso significaba “no” y un solo golpe era “si”
“Con el tiempo las intérpretes de la escuela comenzaron a ver que tenía facilidad para aprender, al año siguiente comencé a estudiar formalmente y, como yo había aprendido con sordos, los docentes en ese entonces asombrados me dijeron que tenía una base de mínimo 4 años. Así comencé este camino en el que aprendo y enseño constantemente lenguaje de señas”.
"Por eso para mí es muy importante que la Dirección de Cultura me haya convocado para dar este taller. Yo siempre quise tener un curso y nunca antes me habían dado el espacio, ahora además de enseñar una forma más de comunicarnos entre todos, quiero transmitir un mensaje en el que la “inclusión” permita abrir puertas, y que todos podamos entendernos. También me gustaría transmitir que no hay imposibles. Si alguien me dice eso, siempre lo invito a buscar la forma para que sea posible, porque imposible es que una persona que no ve enseñe legua de seña. Yo tengo disminución visual y a partir de hoy, todos los lunes a las 14 Hs. , voy a dar el taller de lengua de señas". ¡Ves que todo es posible!"
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