"EL UNICO PATRIMONIO DEL PERIODISTA ES SU BUEN NOMBRE. CADA VEZ QUE SE FIRMA UN TEXTO INSUFICIENTE O INFIEL A LA PROPIA CONCIENCIA, SE PIERDE PARTE DE ESE PATRIMONIO, O TODO" - Tomás Eloy Martinez -
"Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa: La última de las libertades humanas -la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino- para decidir su propio camino" - VIKTOR FRANKL
martes, 26 de abril de 2016
HISTORIAS DE CUERDAS Y RASGUIDOS
En la puerta central de SuteryH se escuchaban las guitarras. Fernando, el profesor interrumpe el unísono para hacer una marcación. En ese momento trabajaba con un grupo de 4 personas. Así son las escuelas abiertas. Los docentes tienen la minuciosa tarea de hacer un diagnostico de nivel y agrupar a los alumnos para explotar al máximo las cualidades de cada uno.
Coti se apartó por un rato del resto, necesitaba ensayar aparte la “Zamba de Balderrama”.Acomodó la guitarra con la posición correcta y se perdió en acordes y rasguidos. Nos contó que tiene 10 años y estudia el instrumento desde los ocho. No le salía, se equivocaba, pensaba, volvía a empezar, sonreía. A tan corta edad parece haber entendido que equivocarse e intentarlo repetidas veces, es lo que nos hace crecer.
Terminó su clase, le pidió al maestro que llame al padre para que la busque. Mientras esperaba un poco ansiosa nos dijo que tenía el tiempo justo para comer y llegar a la escuela.
Los otros integrantes siguieron con la práctica. El clima era de total concentración. Las melodías tomaban forma para dar lugar a clásicos de nuestro repertorio nacional. “El Humahuaqueño”, “Merceditas”, “La vestido celeste” sonaban y se interrumpían. En el entrenamiento se requiere sobre todo de paciencia y constancia, para arrancar con más fuerza después de un error.
Cuidar la técnica, apropiarse del instrumento, leer partituras, adentrarse en el mundo donde las claves mandan, las negras y blancas se repiten, se agrupan. Intentar los rasguidos de cada ritmo. Superar el enredo de dedos entre las cuerdas y, por fin un día, lograr los arpegios con naturalidad. Son sólo algunos de los retos de un alumno de guitarra. Pero en los espacios municipales no sólo se estudia técnica.
La esencia de estos espacios tienen un plus, y que aquí hay lugar para todos. Para Coti, la nena de diez años que aprende como quien juega, pero con la responsabilidad de una “grande”. También para Horacio quien contó que a los 17 años ya era maestro de guitarra y después, por esas cosas de la vida, no tocó más. Hoy, después de muchos años, se dio una nueva oportunidad con el instrumento y eligió nuestras escuelas para el reencuentro.
Para el que recién comienza, para el que quiere retomar, para quienes lo hacen por recreación, y aquellos que se quieren dedicar profesionalmente, las escuelas abiertas son un espacio de contención y formación para todos.
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