Los presentes colmaron el salón de la esquina de Víctor Hugo y Pichincha que ya se ha convertido un clásico de la tarde del sábado, con la presencia de distintos políticos - profesores universitarios, como el economista Santiago Francina, o los integrantes de las “Cátedras Bárbaras”. El FpV de Pinamar, integrado por los concejales Gregorio Estanga y Claudio Galarza busca con estas convocatorias canalizar las inquietudes y angustia de la ciudadanía a través de la participación en cualquiera de sus formas. Como así también, “nutrir de conocimiento político y económico en este proceso regresivo de la distribución de la riqueza”.
Santoro se refirió a la “derrota cultural, no en términos globales, pero sí a la hora de las iniciativas políticas de fijar cual es norte en el terreno de las ideas y los valores que tienen que organizar la discusión económica y política en la Argentina”. Y consideró: “Fundamentalmente, este proyecto económico de hoy, entendió, como el de Martínez de Hoz en los 70 y el de Domingo Cavallo en los 90, que para poder reformar estructuralmente la economía y la sociedad se necesitaban derrotarnos en el terreno de las ideas. La desaparición de las mentes más lúcidas de los 70 y el quiebre espiritual e ideológico de los 90 son parte de esa derrota”. Además aclaró que la militancia del 83 se quebró y se fue a su casa, mientras que los que se quedaron muchas a veces terminaron imitando a sus enemigos”. Para Santoro esa realidad dejó como saldo “el pragmatismo como ideología”. Y teniendo en cuantos esos dos momentos históricos económicos, definió al actual como “la tercera ola neoliberal”.
A partir de la análisis y de las mediada económicas tomadas en estos siete meses formuló dos preguntas: ¿Cómo piensa Macri garantizar la paz social? ¡Y cómo cree que va a reaccionar esa sociedad, después de haber obtenidos un estándar de vida razonable con todos los ajustes que están aplicando?
“Esta es una derecha más inteligente que además tiene un vocabulario distinto y si tuvo la capacidad de crear un consenso negativo alrededor de la pesada herencia recibida, es porque nosotros no tuvimos la capacidad de discutir con ellos el futuro y nos limitamos a revindicar los logros de la última gestión. Si dejamos que ellos sean el cambio nosotros por un proceso lógico vamos a terminar siendo la conservación”, explicó.
Vinculó el relato de los últimos años con la épica alfonsinista y la idea de un pueblo empoderado como protagonista de la política contra el pensamiento del arco político neoliberal que expresa como protagonistas a las corporaciones y al poder económico.
Santoro hizo un análisis del relato y la construcción sobre la base de los valores del mercado como los únicos valores en relación a “la competencia por sobre la cooperación”.
“El paradigma de la individualidad como forma de realización humana. La meritocracia sobre el concepto del elitismo”:
En en ese sentido planteó que: “Este proyecto egoísta trabaja sobre la idea que la sociedad tiene estamentos y jerarquías y ese ascenso social es individual. Es una operación discursiva que tiene la capacidad de crear consenso y legitimidades en determinadas capas sociales que termina siendo víctima de la aplicación de este modelo de ajuste”.
El elitismo como el egoísmo aplicado a la política:
Santoro expuso los polos de opuestos: “Por eso nosotros asociamos el concepto de la meritocracia al concepto del elitismo, no solo es egoísta sino que es fundamentalmente excluyente del otro. En contra posición, del otro lado de la grieta solemos hablar de otredad como forma de reconocimiento del otro en la legitimidad de su existencia”.
Su mirada expuso que el campo de las ideas es esencial para reconstruir una opción electoral legitima: “Hay que evitar personalizaciones no estamos enojados con Mauricio Macri y menos con la gente que lo votó. Tenemos que enfrentar un sistema de ideas, una estructura de valores. Lo más importante es construir el consenso que nos permita definir qué modelo de democracia queremos. ¿Cuál es el umbral legítimo de desigualdad que toleramos? Cuando ellos salieron a decir pobreza cero. En vez de salir a discutir todo los que se hizo en estos años tendríamos que haber salido a discutir la desigualdad. Porque entonces estaríamos discutiendo la riqueza. Para construir un nuevo paradigma hay que tener en cuenta dos cosas en primer lugar todo lo que se hizo en estos años y en segundo lugar todo lo que falta.
Enumeró las transformaciones que se deben dar para construir de manera permanente una organización de la economía y la sociedad que garantice mayores niveles de igualdad y justicia. 1) Qué hacer con los cereales, la soja y el sector económico que produce dólares. 2) Que parte del excedente económico se dice no redistribuir a los efectos de repensar la estructura productiva orientada al crédito dirigido a empresario inteligente que intervengan en áreas estratégicas pensando en proyectos estratégicos de la cadena productiva. 3) La cuestión del poder hacia una normalidad revolucionaria y para ello se debe construir “institucionalidad”. Esta institucionalidad que muchas veces es cooptada como bandera de la derecha.
Para Santoro es necesario tener una herramienta política para no depender de un líder político. Es decir un partido político no como lo entienden los radicales, sino como “organización política del pueblo que tiene capacidad para intervenir sobre la realidad de manera institucional y permanente”. Insistió en que “la institucionalidad no puede ser una bandera de la derecha”.
Por ultimo planteó la discusión sobre “qué es la democracia”. “Para la derecha –consideró Santoro- es un método para elegir gobernante. Tienen una concepción minimalista y procedimental: ¨Yo voto a los que saben para que me resuelvan el problema¨. Para nosotros es radicalmente opuesta, porque partimos de una premisa participativa. Pero tenemos una concepción muy extrema. Para ser parte de la democracia participativa se debe ser un militante todo terrenos las 24 horas del día. Y es un error de concepción de poder suponer que un sector mayoritario de la sociedad va a tener una conducta militante el resto de su vida. Hay que tener capacidad y creatividad para poder construir instancias de participación institucional”.
Tomó las premisas de Cristina Fernández desarrolladas en las escalinatas de Comodoro Pi: “¡Desenojarse! No podemos permitir que la derecha nos robe las banderas de la libertad. Pero no hay libertad si no hay igualdad. El frente ciudadano como reconocimiento del sujeto político nuevo. Esas personas que se expresaron en todas las plazas y no son ni radicales, ni peronistas. El otro sujeto político es el universo sindical, recuperar la relación con los gremios. El tercer elemento son los resabios de los partidos nacionales: del radicalismo y del peronismo con dignidad. Y por últimos los independientes.
La charla se debió interrumpir porque la policía de Tránsito estaba haciendo multas a los autos de los congregados en la reunión. Entonces Santoro declamó entre risas y aplausos: “Si con nosotros no pudo la dictadura menos la policía de Tránsito de Yeza. En este espacio político no hay miedo, acá no se rinde nadie compañeros”.
“Es imposible ser apasionada en la soledad de casa y para ello nos tenemos que juntar”.Y aquí entró en el terreno de la identificación como sujeto político.
“Nosotros somos la comunidad organizada. Somos la Patria es el otro de Cristina. Somos la épica de la solidaridad de Raúl Alfonsín. Nosotros somos hasta el espíritu humanista que anida en las religiones monoteístas.
“Compartir… como a ellos los identifica solo el verbo comprar a nosotros nos identifica el verbo compartir. Porque nos identificamos con un pueblo que es feliz cuando el otro es feliz”.
“Nosotros somos la política y la política es básicamente creación colectiva, es rebeldía, es creatividad. Es una mirada inconformista de la vida”, sentenció el politólogo Leandro Santoro.
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