Por Carolina Barros
23 de abril de 2020
Ex directora del Buenos Aires Herald
Una brigada de 52 médicos y paramédicos cubanos viajó el sábado a Italia para asistir a los servicios sanitarios de ese país, el más afectado por la pandemia del COVID-19. Por su parte, Rusia anunció el envío de virólogos militares "con experiencia" en la desinfección de edificios y de infraestructuras (AFP)
El azúcar y el ron, los habanos y el níquel dejaron de ser los commodities que se traducían en dólares para Cuba. También el turismo, aquel maná que supo llover para el gobierno castrista y su generalato, dejó de serlo a partir de que la administración Trump bajó la ventanilla de cobranza restringiendo las visitas e inversiones de ciudadanos estadounidenses.
Hoy, el ingreso de billetes verdes proviene de otra caja. Es que la isla está recibiendo sus remesas más contundentes desde otro rubro de servicios, el de la salud. Y lo hace a través de la intermediación de una única compañía “madre”: Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos S.A. (CSMC).
Manejada por el Estado, la Comercializadora CSMC se encarga de tradear o tercerizar la exportación de servicios de salud cubanos a otros países. Ofrece también esta holding de asuntos médicos una gama más sofisticada de prestaciones en la isla (tratamientos estéticos, reparadores, psiquiátricos y de recuperación de adicciones, entre otros). Bajo su égida también está BioCubaFarma, que produce y distribuye más de 1000 productos de laboratorio. Una misión de esta firma farmacéutica estuvo en marzo pasado por Argentina, presentando ante la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) y la ANLAP (Agencia Nacional de Laboratorios Públicos), medicamentos paliativos para los síntomas del COVID-19.

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