Cada vez que alguno de los columnistas estrella del país se aventuran a lanzar sus opiniones sobre algún tema relacionado a la “reforma política” suelen nombrar a la pasada el voto electrónico, siempre con algún tipo de connotación positiva pero sin profundizar más. Ahora que la Presidenta tiró la primera piedra, y por más que en el proyecto de ley no es probable que se incluya este punto, se vuelven a escuchar voces en ese sentido, pero nunca con la profundidad necesaria que requiere el asunto.
Así que me pareció un buen momento para desmitificar un poco el tema ahora que hasta (el Partido Justicialista de Salta se anima a probar) y explicar porqué estoy en desacuerdo con toda iniciativa que contemple la implementación de cualquiera de los diferentes sistemas de votación electrónicos.
Lo primero que hay que aclarar es que cualquier persona que afirme que el voto electrónico va a traer mayor transparencia a todo el proceso electoral está 1) mintiendo, porque tiene intereses con algunas de las empresas que fabrican los sistemas o equipos, o 2) desconoce el tema y sólo es una opinión sin fundamentos. Odio decir esto de forma tan cruda, pero no hay medias tintas. No creo que todos los políticos que hayan impulsado alguna vez el e-voto lo hicieron de mala leche pero debemos, por lo menos, desconfiar ante algo tan delicado como nuestro derecho a elegir representantes.
Entonces, expliquemos porqué el argumento de la transparencia es mentira. Las computadoras pueden fallar y son vulnerables. ¿Por qué piensan sino que se habla tanto ahora de ciber-ataques entre las grandes potencias del mundo? Cualquier tipo de sistema de voto electrónico reduce a cantidades mínimas el número de personas capaces de auditar una elección. Hoy cualquier persona mayor de 18 años con un nivel educativo básico puede satisfactoriamente ser fiscal de un partido. Por el contrario, si llegamos a usar algún tipo de e-voto los ciudadanos pierden ese derecho constitucional y el total control de las elecciones que queda en manos sólo de los fabricantes o a lo sumo de una pequeña elite de expertos. ¿Queremos privatizar lo más sagrado de la democracia?
“Lo que cuenta no es el voto, sino quien cuenta los votos”, dice Beatriz Busaniche en el libro Voto electrónico – los riesgos de una ilusión. Les recomiendo que lo bajen en pdf o traten de conseguirlo porque se lee en muy poco tiempo y deja bien en claro todos los aspectos por los cuales me afirmo en el título de este post que el voto electrónico es lo peor que le puede pasar a la democracia.
Ahora que sabemos lo peligroso que es entregar la auditoría de una elección democrática a un pequeño grupo de personas, ¿aún tienen ganas de discutir si esta es la única forma de terminar con el clientelismo político? El voto electrónico en manos de algún grupo político fraudulento es sin lugar a dudas más peligroso que cualquier puntero o voto en cadena ya que simplifica las chances de fraude.
Tambien están quienes aseguran que con el voto electrónico vamos a conocer los resultados mucho más rápido. En este punto ni hace falta discutir ya que sería ridículo sacrificar la transparencia de la democracia por las dos o tres horas que debemos esperar hasta conocer los primeros resultados oficiales. Lo mismo sucede con los que sostienen a la ligera que sería más barato… ¿Hace falta detenerse en ese punto? Mejor se los dejo para que lo razonen con sentido común.
Y no faltan los que suelen mencionar el ejemplo de Brasil como un caso de éxito. Pero, como dice Federico Hienz en el mismo libro: “¿Qué mecanismo confiable e independiente de verificación fue utilizado para constatar que los resultados fueron, efectivamente, los que las urnas arrojaron?”. No existe, por definición, no existe un software que no tenga errores y que un grupo de especialistas asevere que no encontró ningún problema no significa que no exista.
En algunos sistemas hay bugs que saltan años después. Por otro lado, si queremos hablar de casos de estudio porqué no nombramos el escándalo en Florida allá por 2000, en la elección que “perdió” Al Gore, lo que sucedió en Las Grutas o contamos que en Irlanda desecharon el mecanismo después de gastar 67 millones de dólares o que la Corte Suprema de Alemania lo declaró inconstitucional.
Para cerrar, los dejo con la opinión del mismísimo Richard Stallman, uno de los mayores defensores del Software Libre:
“Votar con computadoras es abrir una puerta grande al fraude. La computadora ejecuta un programa, y el programa puede ser cambiado o reemplazado. Puede ser reemplazado temporalmente durante la elección por otro diseñado para dar totales falsos. Ningún estudio del programa que debería correr puede asegurar que otro programa no actúe mal(…) Muchos activistas de software libre piensan que usar el software libre en la máquina de votación asegura una elección honesta. Usar software privativo es malo aquí, como siempre: el fabricante podría diseñarlo a sus anchas para fraude. Pero ser libre no basta, porque luego la autoridad electoral podría hacer el fraude. El único sistema de confianza es votar con papel”
"EL UNICO PATRIMONIO DEL PERIODISTA ES SU BUEN NOMBRE. CADA VEZ QUE SE FIRMA UN TEXTO INSUFICIENTE O INFIEL A LA PROPIA CONCIENCIA, SE PIERDE PARTE DE ESE PATRIMONIO, O TODO" - Tomás Eloy Martinez -
"Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa: La última de las libertades humanas -la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino- para decidir su propio camino" - VIKTOR FRANKL
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario