Con la sumisión completa de España al poder de Napoleón, ¿a quién representaba el Virrey? ¿Qué autoridad tenía para dirigir los destinos del Río de la Plata? Los cabildantes entendieron que se planteaba una “retroversión de la soberanía”, por la cual, ante la falta del soberano legítimo, la soberanía vuelve al pueblo y éste se encarga de investirlo en nuevas autoridades. Se desestimó la posibilidad de reconocer el Consejo de Regencia de España e Indias, recién conformado, o al monarca José Bonaparte, y en su lugar se decidió mantener el juramento de fidelidad a Fernando VII “hasta su restitución”. La inteligente estrategia garantizaba la autonomía y a la vez prevenía posteriores represalias.
Conclusiones
La revolución de mayo de 1810 fue un proceso histórico cargado de visión, sabiduría y capacidad creadora, que sentó las bases para la existencia de la República Argentina.
Como maestros de la negociación posicional, sus artífices supieron reconocer los momentos adecuados para tensionar la cuerda, así como aquellos en que resultaba imprescindible construir desde el diálogo y la cooperación.
En los últimos años, el enfoque particular de las valoraciones sobre la gesta de mayo de 1810 ha sido fruto de relecturas o versiones en pugna. Dicho de otra manera, hay una disputa abierta por la representación que tenemos ese proceso – y de otros tantos hitos de nuestra historia, tanto más antagónica mientras más cercana al presente.
Profs. Roberto Luchi
Consensus, Centro de Negociación y Resolución de Conflictos del IAE.
Colaboración: Tomás Garzón de la Roza.
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