Un breve y conciso espectáculo, un show de textos importantes y comprometidos, que ha reunido a dos actores que cumplen su cometido exitosamente. La labor sobre la escena está permanentemente vivificada por la palabra, energizada por la idea, ágilmente desarrollada por cada pensamiento expuesto lo que canalizándose en el lenguaje y la intención del actor, cumplen su cometido en el público: lo tocan, lo movilizan, lo sensibilizan, lo transforman, cumpliendo así las reglas del arte.
El repertorio elegido deambula principalmente entre Jorge Bucay, Eladia Blazquez, Nicolás Misrahi, Calos Pais, Eugenio Griffero, y Eduardo Gudiño Kieffer. El abanico de personajes expuestos no son más que distintas facetas de la propia condición del hombre y sus propias debilidades y virtudes. Es importante destacar que los contrastes humanos secuenciados ágilmente y sin paréntesis, exigieron del elenco la permanente entrada y salida de sus roles, cumplidos todos disciplinadamente y a la perfección.
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