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domingo, 3 de agosto de 2014

LO QUE PASO EN LA REUNION DE LOS CONCEJALES CON EL INTENDENTE MURIALE Y SU GABINETE (PARECE UN PLAGIO DE UN TEXTO DE OSVALDO SORIANO), por el CONCEJAL LUCAS VENTOSO

Lo primero que debo decir es que la reunión fue -por pedido expreso del intendente- sin periodistas que pudieran registrarla, lo cual es una barbaridad teniendo en cuenta que: era una reunión de funcionarios públicos sobre actos de gobierno de esta municipalidad, la gravedad de los hechos que debían explicar y el interés de la población en este asunto tan serio como es la destrucción irreversible del medio ambiente.
Estuvieron presentes por el gobierno municipal: Muriale, Kaita Bravo Almonacid, Canissa, “Beto” Morales, Daniel Lamas y empleados municipales. De los concejales oficialistas: Pedro Elizalde; “Juanjo” Dos Santos y Alberto Germain. Por Propin estuvieron Santini y Viotti. Por el FPV estuvo Juan Ocampo con sus asesores, y yo por la UCR. (Fernando Avila está en cama con gripe).
Fue Daniel Lamas quien empezó, diciendo que la Dirección de Ecología iba a volver a forestar lo destruido y que luego van a poner palitos en la arena para que no estacionen… Con lo cual comencé a creer que estaban reconociendo que la obra hecha era ilegal y que habían destruido parte del médano violando las ordenanzas vigentes, pero me equivoqué…
Las explicaciones que nos dieron el intendente Muriale y la de la mayoría de sus funcionarios fueron desopilantes. Si bien Daniel Lamas, como Director de Ecología, nos acababa de asegurar que iban a reconstruir el médano destruido y luego reforestarlo, Muriale, luego, negó en todo momento que la obra fuese ilegal, que se hubiese modificado la altimetría del frente costero y que se hubiese retirado arena del lugar. Nadie entendía cómo Lamas afirmaba una cosa y seguidamente Muriale negaba todo.


La estrategia de Muriale se centró –como siempre lo hace- en negar todos los hechos, negar las fotos que lo documentaban y decir que lo que pasó en esa calle abierta es lo que siempre pasa cada vez que se abre una calle en Pinamar (aunque parezca un chiste).
Luego, como era de esperarse, todos los funcionarios del gobierno comenzaron a cuestionarme en vez de reconocer la ilegalidad de la obra que ya habían hecho. Su indignación pasaba por que yo hice público, días pasados, en los medios nacionales (radio Continental) lo que ellos habían hecho con esta obra. Me acusaban que yo así, hablando en los medios, destruyo a Pinamar; que lo único que me importa es salir en los medios y mentir; que otra vez Pinamar en los medios nacionales por mis mentiras; que yo tengo cuestiones personales con algunos funcionarios que es lo que me motiva a actuar realmente, etc. Puntualmente, el concejal del MUPP, Pedro Elizalde, luego de acusarme de destruir a Pinamar con mis declaraciones públicas, me preguntó cómo iba yo a reparar todo el mal que había provocado al pueblo con mis notas periodísticas. Yo le contesté que cuando digo algo es porque tengo las pruebas de lo que digo. Luego le repliqué que era yo el que deseaba saber qué cosa iba a hacer él cuando yo probase todo lo que había dicho en los medios… Me aseguró que personalmente iba a denunciarlo también. Ojalá! –le respondí. Eso sí, del frente costero de Valeria del Mar partido al medio por las topadoras municipales sin la debida autorización, ni ningún proyecto, no decían ni una palabra.
Luego intervino el concejal Juan Ocampo y su asesor, Gregorio Estanga, (FPV). Cuestionaron duramente el accionar de la municipalidad y remarcaron la violación de la ordenanza 2571/00 (ordenanza que yo previamente había leído para destacar las violaciones en el accionar de la municipalidad). Muriale y sus funcionarios volvieron a negarlo otra vez. Los concejales de Propin (Santini y Viotti) no intervinieron nunca en el asunto de la apertura de la calle sobre el frente marítimo, no preguntaron, ni reconocieron ni negaron nada.
Luego la discusión se hizo más fuerte cuando, luego de que todos los funcionarios presentes (menos Daniel Lamas) seguían defendiendo a capa y espada la forma de realizar las obras públicas que estaban haciendo, yo cité el caso puntual de Mario Ugartemendía, que está al frente de toda la obra pública de Pinamar, siendo que se encuentra imputado penalmente con eximición de prisión por robo de arena pública y demás delitos. Todos los funcionarios del gobierno y –por supuesto- el intendente Muriale lo defendieron vehementemente. Empezaron las acusaciones en mi contra del concejal Juanjo Dos santos, de un empleado municipal y del concejal Pedro Elizalde. Luego –para distorsionar todo- me acusaron de querer frenar el proyecto de la planta depuradora presentado por el gobierno de Muriale. Yo les contesté que ese proyecto quieren hacerlo sea como fuese, justamente porque lo hacían con Mario Ugartemendía y que nadie sabe el costo final de la obra, ni quiénes la van a ejecutar, ni quiénes lo van a controlar debidamente, ni tampoco a quiénes se va a contratar. En ese momento mencioné a Propin, que habían trabajado en el proyecto de la planta depuradora y aseguré que el proyecto de Muriale no tenían idea de cómo lo iban a hacer. Allí intervino por primera vez Maxi Santini, cuestionó, también, el proyecto de Muriale y le contestó a Kaita Almonacid que la contra oferta (con menor costo) por el precio de la obra de la planta depuradora que un ingeniero de la empresa consultada presentó ni siquiera estaba adjuntado al expediente. A esta altura la reunión se había transformado en un caos de acusaciones cruzadas y chicanas permanentes que impedían hablar de un tema concreto (la vieja estrategia que usaba Altieri cada vez que fue citado al HCD a dar explicaciones). Daniel Lamas fue el primero en levantarse e irse. Luego Viotti hizo lo mismo después de cuestionarme por mi manera de actuar, puteó y se fue.
La reunión, que fue requerida por los concejales para pedir explicaciones al gobierno, ya era cualquier cosa: Kaita Bravo Almonacid, Juanjo Dos Santos y Canissa estaban empeñados en defender a Mario Ugartemendía de todo, a cualquier costo y de cualquier cosa y Muriale, sentado en una cabecera de la mesa a mi derecha, negaba todo sistemáticamente como un disco rayado. Contemplando este espectáculo surrealista que me tenía a mí como uno de sus protagonistas principales opté, titubeando, por retirarme sin mucha convicción del lugar. Quizás no debía irme, pero sentía que era francamente estúpido intentar algo allí adentro.
Esa fue mi experiencia en la reunión de hoy. Todo sigue igual y es muy probable que Hernán Muriale, de tanto negar fotos durante esta mañana, siga negando todo hasta en propia su casa.
Sigo convencido que a la política en Pinamar se la cura mostrándole a la gente lo que hacen los políticos cuando hacen política. Y al funcionario que no le guste que la gente sepa lo que hace cuando gobierna que se dedique a otra cosa.
Pido disculpas, pero seguiré jodiéndolos. 

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