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lunes, 28 de enero de 2019

LA OTRA NOCHE DE PINAMAR: LOS DE MAS DE 35 GANAN ESPACIOS PARA SALIR LEJOS DEL RUIDO DE LOS JOVENES



Luz tenue con algunos focos ultravioletas. Frente a la barra, colmada de almíbares y garnish (decoración para los tragos), hay una pantalla en la que pasan videos de rock internacional de los '80. La música coincide con la filmación. Santiago (35) toma una cerveza y su novia un Campari. Están en Cariló, en el bar Templeton. Viven en Bella Vista, pero son habitués de esta localidad balnearia y resaltan que “antes no existía algo así en la zona”. “El plan nocturno era salir a tomar un helado o quedarse en la playa aguantando el viento. También se podía viajar a Pinamar, aunque tampoco había demasiado para hacer por ese lado”, comenta Santiago, que veranea en Cariló desde hace nueve años. Y no es el único que lo piensa: uno de los temas recurrentes entre turistas y locales tiene que ver con ésto. En carpas y sombrillas todos concuerdan en que, al partido de Pinamar, primero llegaron las opciones con onda y gourmet para cenar y que,este año, se sumaron propuestas de coctelería fina para la noche. ¿El público? Los mayores de 35 años.
Los tragos con gin son la especialidad de Templeton, según cuenta a Clarín el bartender Ale Vidal. Es meticuloso, habla pausado y sin sacar la mirada del cóctel que está preparando. Ahora le da forma a un Gin-Vin, que lleva Bombay Sapphire, Sauvignon Blanc, licor Saint Germain, uva, cilantro y miel. Dice que es uno de los que más salen pero que también se destaca el Zafrón Fizz, que lleva el mismo gin que el trago anterior con licor Strega, azafrán, miel, limón, un concentrado de lima y splash de tónica.



Según Pablo Algieri, uno de los dueños de Templeton, los turistas venían demandando opciones para la noche. “Tengo restaurantes y hace tiempo escucho el pedido. Siempre me preguntaban qué había para hacer después de cenar. Yo los mandaba a tomar un helado”, recuerda.

Con la misma idea, el restaurant Griller, que funciona desde hace tres temporadas en Cariló, decidió sumar a partir de este enero una barra con coctelería de primer nivel. "La gente viene a cenar a la planta alta y después pasa por el lounge bar, que queda en el piso de abajo, y se queda tomando algo. En general, recibimos parejas y grupos de amigos", detalla Franco Gasparrini, dueño de Griller.

En Pinamar existe una alternativa para + 35 con un plus: está frente al mar. Se trata de una franquicia de Negroni, que abrió este año en el balneario Paradise. Carolina Queirolo (43), que es de Temperley, comparte en el lugar una vieiras flambeadas con su marido. Él pidió un Gin Tonic, Carolina prefirió cerveza. Coinciden en que "hasta hace poco tiempo la salida era ir por un cafecito o a los fichines con los nenes, no había otra cosa”. “Hoy, al más chico, de 13, lo dejamos en la matiné y aprovechamos para pasar a tomar algo. Vinimos con otra pareja de amigos”, cuenta Carolina, que es interrumpida por la campana de las 23, una de las horas en las que en la barra ofrecen una ronda de tragos a cuenta de la casa para un “chin chin” colectivo.

Sobre la falta de oferta para este público también habla Luis Sanza, socio de Negroni. “Ya estamos grandes para ir a bailar a un boliche pero tampoco tanto como para que el plan después de cenar sea tomar un café en una confitería", señala. Y agrega: "Frente a este escenario, en el que nos encontramos nosotros y otros pinamarenses y turistas de más de 35, surgió la idea de abrir este bar”. Una de las claves, sostiene, tiene que ver con poner el foco en los detalles. “Estamos atentos a la luz, la música, los aromas, la cristalería, todo”, aporta.

El bartender Pablo Guidoni, a cargo en Negroni, invita a pasar del otro lado del mostrador. Muestra los bitters, que son concentrados aromáticos para sumar al cóctel, y los almíbares. Tiene de jengibre, cardamomo y cítrico de Campari. También hay garnish: albahaca, pepino, menta, rosa y jengibre en palito. Explica cuáles son las mejores combinaciones y afirma que sus “caballitos de batalla” son el Love Punch, un trago que tiene Ron Bacardí, pulpa de ananá, jugo de naranja, azúcar rubia y perfume de almendras, y el Ginger Fix, hecho con Gin Bombay, jugo de limón, pepino, jengibre y almíbar simple.

Lo cuenta mientras bate con fuerza una coctelera. Después sirve el contenido, un líquido verde, en copa y le agrega una rodaja de pepino. Lo entrega, agradece y pasa a la siguiente comanda. Afuera ya se armó fila para conseguir una mesa.

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