PARQUE CARILO, PAISAJE PROTEGIDO

Existe un lugar en la costa argentina denominado Parque Cariló que, iniciado por el esfuerzo
personal de algunos visionarios, luego de más de ochenta años de espera y de lucha, cuenta con un bosque protector que se ha constituido en un centro de singular belleza al conformar un paisaje en el que se conjuga aquel bosque con playas que, en gran parte, todavía se conservan en estado natural.

Dicho bosque y estas playas integran, además, un ecosistema que ha dado importantes beneficios
al medio ambiente cuyo destinatario final es el hombre. Del primero basta decir que se ha eregido en
protector del suelo, las costas, riberas y orillas, previene la erosión de los terrenos, fija médanos y dunas, configura una barrera contra la acción de los vientos marinos y posibilita la existencia de distintas especies de flora y fauna.

Estas condiciones, como ha ocurrido en otras oportunidades, de no acotarse dentro de un
ordenamiento que respete el medioambiente y que permita el crecimiento en armonía con la naturaleza, pronto acabará con el Parque de Cariló, transformándose en otra ciudad costera y eliminando la posibilidad de contar con una opción para quienes buscan dentro de la Argentina y cerca de las grandes ciudades, disfrutar de aquella forma de turismo o sea el llamado ecoturismo o turismo ecológico.

La declaración de paisaje protegido (Ley 12099 y Ordenanza 3361/06) deviene entonces en una
herramienta, para conservar, preservar y garantizar este paisaje y regular la afluencia turística.
Entre los vecinos y residentes habituales de Cariló, por estos días, hay mucha preocupación. Una
serie de operaciones de la municipalidad de Pinamar, que derribó varios pinos lindantes a diversas
aceras de la localidad y el ensanchamiento de sus caminos mas allá de la calzada, puso en alerta a la
comunidad.

Sucede que Servicios Urbanos, después de haber bajado la cota de las calles y esto no es sólo de
esta administración, es de los últimos quince, veinte años, empieza a haber calles inundadas; eso
contribuye también en determinadas propiedades, en lugar de que el agua de lluvia quede dentro del predio, sea por pozos blancos a cielo abierto o no, el agua va a parar a la calle.
Entonces les pareció adecuado comenzar a hacer pozos de gran tamaño que elegantemente le
llaman drenes en la vía pública, en el espacio que serían las veredas, que en el Parque Cariló no existen.

Como eso tampoco alcanzaba, entonces, terrenos privados que eran lomas se transformaron en
pozos y cuando preguntamos cómo era que estaban haciendo semejante atrocidad porque era propiedad privada, la respuesta fue: “El propietario, cuando construya, lo rellena”. Ahora, imaginaríamos que la tierra que se saca de esos drenes o terrenos privados o de los bulevares va a parar al camino para subir la cota; no, va a parar a camiones del Municipio que se lo llevan fuera del Parque Cariló.

Un camión cargado con hormigón puede entrar desde la Ruta 11, bajo la lluvia, con lo cual las calles
se destrozan porque la Ordenanza 3361 dice que las calles deben mantenerlas con una mezcla de suelo seleccionado y arena, en lugar de eso arrastran la arena de la misma calle de un lado para el otro y desde hace años se vienen formando canaletas, pero nunca habíamos llegado a la barbaridad de empezar a sacar arena de espacios públicos y privados y llevársela. En lo que sería la salida nueva de Cariló (Avenida Constancia) se sacaron cerca de 1200 pinos para abrir una nueva calle que nunca se concretó yse retiraron cantidades de arena.

Tenemos los pinos que se caen en las calles porque los descalzaron y los dejan con las raíces
expuestas al aire. Se construyó la comisaría con el Presupuesto Participativo. Se hizo la obra y dejaron una línea de árboles a tres metros de distancia, totalmente descalzados, cuyas raíces estaban a la altura deltecho de la comisaría.

La gente que eligió el Parque Cariló lo hizo, por ejemplo, para no tener ruidos, para escuchar los
pájaros, para estar en contacto con la naturaleza, no para tener un vehículo con escape libre pasando sin que nadie lo controle, aunque haya un decreto y normas provinciales y municipales que lo prohíben.

El reclamo es unánime por parte todas las organizaciones y entidades existentes en la localidad.

Lo que están haciendo no tiene legitimidad. La ley provincial de Paisaje Protegido, superior a
cualquier ordenanza municipal, busca conservar y preservar el paisaje geomorfológico y urbanístico del Parque Cariló.

Si un árbol afecta a la seguridad pública, o tiene raíces que puedan provocar inconvenientes o bien
pueda caerse, se debe analizar, caso por caso.

El argumento dado por la comuna respecto a la necesidad de ampliar las calles, no es válido. La ley
dice que justamente hay que reducir la carga vehícular y reducir las velocidades de circulación. Si agrandan las calles, se habilita que haya más autos y a que se tienda a ir más rápido.

La Ordenanza 5289/18 o al menos su Art. 6, solicitamos sea derogada.