Esta semana, un comunicado de la Subsecretaria de Cultura y Educación, a cargo de Jorge Esperón, invita a la comunidad a inscribirse a los talleres gratuitos que dependen de esta área desde hace más de veinticinco años.
El prolijo comunicado oficial esconde la caótica realidad que vive esta dependencia y que ya fuera denunciada por este medio durante todo el año pasado: carencia de un proyecto cultural acorde a la realidad social de nuestra comunidad, desorden administrativo, desorganización que se traduce en griteríos que se escuchan desde la calle, contratación de nuevos empleados (léase: parejas, hijos de las parejas, hijos de funcionarios, queridas, amigos, cuñados y hasta socios de prácticas no muy santas) que son beneficiados con atractivas remuneraciones que no se justifican por el servicio que brindan y que van a contramano de un Municipio que declaró el estado de emergencia económica que lo llevó a vivir la temporada más vergonzosa de la que se tenga memoria.
Así, por ejemplo, el 22 de enero, esta Subsecretaria elevó a la Secretaria de Turismo, a cargo de Alfredo Baldini, un pedido de compras por un monto de $15.000 (Nº 3-750-35) para abonar la producción de un spot que promociona la gestión de Esperón (autobombo, le dicen en mi barrio). Fuentes bien informadas, que solicitaron no revelar su nombre por miedo a represalias (como ya supieron padecer trabajadores como Guillermina García, entre otros), confirmaron a este medio que la promoción en cuestión, le costó a la comunidad $30.0000. Los otros $15.000 habrían salido de las arcas de Turismo. Las anunciadas y reanunciadas Jornadas de Innovación Turística organizadas por Baldini y filmadas por José María Reyes, más conocido como Pepe Chello, parecen haberle costado un buen dinerillo al erario municipal. Como si fuera poco, el spot exhibido durante estos das, contenía imágenes obtenidas por un colega, que nunca fue reconocido como autor de las mismas (por lo tanto, no cobró un peso).
Una de las facturas presentas por el o la interesada en ganar el beneficio de producir el spot institucional, fue emitida el 8 de diciembre de 2012 por Julieta Obercie (CUIT 27-27217172-1), una mujer que reside en Capital Federal y cuya Proveedora de Servicios, también está registrada allí….difícilmente sea, entonces, proveedora oficial del municipio.
La mencionada Oberdice sería la ex pareja de un tallerista de Cultura, músico y publicista él, recién llegado a Pinamar desde Capital pero que ya forma parte de la mesa chica de Esperón desde donde se toman las decisiones sobre “política cultura”. Esta mesa chica resuelve, entre otras cosas, a quien se le otorgan horas cátedras y a quien no. Como la contratación por sistema de concurso, obligatorio para las dependencias publicas, no es el preferido de Esperón, el lector ya podrá imaginar el criterio que este pequeño grupo de elegidos usa para designar a los talleristas.
Una de las principales integrantes de esta mesa chica es la mujer de Esperón, Viviana De Marco. También su hermano, Marcelo De Marco, el mismo que fuera expulsado de sus funciones como director de Seguridad en Playa por haber amenazado y golpeado al cronista de CQC el 2 de abril ultimo; la polémica y cuestionada Elizabeth Ocaño también es de la partida, lo mismo que el hijo de Viviana De Marco y José María Reyes (Pepe Chelo). Una mesa que, incluso, ha pretendido apropiarse de reconocidos proyectos culturales implementados por docentes pinamrenses desde hace años. Cual aves de rapiña, pretenden comerse todo.
Volviendo a la factura en cuestión, Oberdice es responsable monotributista y la dirección que figura en el documento es Ladines 2427 (1418) Ciudad de Buenos Aires (CUIT Nº 27.272171-1). La otra factura presentada para brindar el servicio de filmación y promoción, también pertenece a una empresa de la Ciudad de Buenos Aires (Timecode) y asciende a $22.000.
Como si en Pinamar no hubiera profesionales y empresas habilitadas que brinden este servicio con alta calidad, que han pagado un sufrido derecho de piso apostando a Pinamar durante largos inviernos, el hoy devenido en subsecretario de Cultura y Educación, y su jerárquico en Turismo, eligieron invertir una importante suma de dinero que aportan los contribuyentes, en una proveedora de servicios extraña a Pinamar, ninguneando la labor de los técnicos locales.
Pero los egresos inexplicables del área no se agotan allí: las denuncias que llegan a este medio sobre los exagerados gastos que realiza Esperón, autorizados por Baldini, no paran de llegar. Uno de ellos es el costoso escenario que se montó en Valeria del Mar cuando la temporada ya estaba culminando.
¿Del chancho o del que le da de comer?
El año pasado, el grupo Trabajadores de la Cultura presentó ante los concejales un proyecto de ordenanza que pretendía reglamentar la contratación y actividad de los talleristas de artes y oficios dependientes de esta Subsecretaría.
“Este proyecto busca terminar con el amiguismo y las designaciones a dedo, única forma de garantizar la excelencia del servicio que el Municipio tiene el deber de brindar a los ciudadanos y de jerarquizar y profesionalizar la delicada tarea realizada cada día”, argumentaron los docentes. Y señalaron el peligro que corrían de que “el estado de inseguridad y arbitrariedad laboral de tantos trabajadores municipales, se perpetúe en el tiempo”.
Sn embargo, el proyecto de ordenanza, combatido por Esperón desde adentro mismo del HCD, aún espera que la Comisión de Cultura, presidida por Rosana Di Pascuale, lo trate.
Así las cosas, la arbitraria práctica denunciada sigue a la orden del día. Son muchos los que han hecho llegar a este medio las quejas por el maltrato que sufren de parte del subsecretario y la sinrazón de sus decisiones. Lejos de respetar lo solicitado - que las designaciones sean por concurso y que las reuniones con los tallersitas sean abiertas y públicas para evitar los aprietes y negociados espurios – los encuentros con Esperón y la coordinadora de talleres, Viviana de Marco, se realizan a puertas cerradas y de a uno o dos por vez. El viejo truco del divide y reinarás que tanto resultado le ha dado a este gobierno.
Lo más lamentable de esta situación es que son los mismos autodenominados Trabajadores de la Cultura quienes se han prestado, una vez más, a este “juego” que perjudica a toda la comunidad.
Así, cada uno, utilizando las estrategias que mejor domina, pelea o negocia (como el lector prefiera) la carga horaria que más se acerca a su necesidad económica. Frágiles convicciones la de nuestros Trabajadores de la Cultura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario