La semana pasada fue removido del cargo de secretario de Hacienda, Carlos Figueredo. En su lugar se nombró a Juan Carlos León, quien cumplía las funciones de contador Municipal, y a Figueredo se le designó con otro cargo dentro de la estructura de la Secretaria de Hacienda. Si bien el intendente Hernán Muriale dijo en radio Box que los motivos de los cambios obedecieron al desgaste y el stress producto de la actividad, el enroque de los cargos despierta muchos recelos. Y esto se sucede a partir de la existencia de los decretos del Departamento Ejecutivo que reestructuran la planta municipal con la designación de nuevos cargos y aumentos de las categorías de los empleados. Sobre una incidencia directa en el tan cuestionado presupuesto municipal.
“Quedate tranquila que ya te vas a enterar” le dijo telefónicamente el flamante secretario de Coordinación Administrativa y Gestión -Carlos Figueredo- a esta periodista, a instancias de su remoción. Si Figueredo se refería a un comunicado de prensa municipal, pues éste no existió. Pero si se reflejó la modificación en la página oficial.
Aunque su información no siempre es la correcta. Hasta la semana pasada constaba en lista de autoridades como directora de Ecología, Mónica Mainardi, que se jubilo hace unos meses. Otro caso es el de Jorge Kelman que aun sigue en la nomina de funcionarios. Por lo menos de manera virtual.
Los trascendidos del cambio de fichas al frente de la Secretaria de Hacienda son muchos y variados. Las desavenencias entre Figueredo y Muriale forman parte del inventario. Pero la gota que derramó el vaso posiblemente sean la obligatoriedad de la rubrica, del ex secretario de Hacienda, en los decretos del Ejecutivo que reestructuran la planta municipal y la designación de nuevos cargos. La reestructuración tiene muy molesto a los trabajadores municipales que no adhiere a las formas y los modos que emplean tanto la cúpula sindical, para acceder a los cargos de privilegios, como las maniobras de las autoridades municipales que tiene como protagonista al intendente interino (obviamente) y a la directora de Personal, Marta Villanueva.
Esta situación quedó a las claras en la entrevista radial que brindó Figueredo al periodista, Victor Gamarra, y que se publicó en su portal: Pinamar Diario. ¿Fuiste agredido? pregunto Gamarra. ¡Sí! respondió Figueredo.
La agresión referida corresponde a lo sucedido en la reunión -justo antes de su remoción- que mantuvieron el intendente, Henan Muriale, en su despacho con Figueredo y las autoridades del Sindicato de Trabajadores Municipales (STM). La negativa de estampar su firma y a avalar los decretos mencionados fue el motivo que despertó la furia de la secretaria de Prensa y Difusión (STM), Monica Lugones, contra el secretario.
La negación de Figueredo de acompañar los decretos tiene sus fundamentos. Y su máxima premisa fue expresada así: “Mirar el equilibrio entre los ingresos y egresos. Mantener el equilibrio”. Con una mirada que privilegió los tecnicismos comenzó sus argumentos sobre los ríspidos debates en el Concejo Deliberante y al pase de factura que ocurren en ellos. “Una vez que se logra consensuar un ingreso hay que estar en la parte de gestión controlando los gastos. O tener una visión que si tenemos $100 para gastar, gastemos $ 99. O gastemos 100, pero no 105” ejemplificó Figueredo. Por otro lado indicó que su función “no era entendida o era hasta bastardeada”. “Se piensan que el bolsillo municipal es permanente” dijo Figuereso, en una clara coincidencia con quien jamás el ex secretario de Hacienda hubiera imaginado o deseado, su más férreo opositor en los debates presupuestario, Gabriel Vidauli. Y remató la idea: “Si la gente hace el esfuerzo para pagar el impuesto lo quiere ver reflejado en el servicio”.
Fuigueredo destacó que él también “reclama a sus pares mejor servicio y si ese mejor servicio se brinda mejorando la situación del personal dándole un beneficio bien venido sea. Pero cumplamos las normas y las leyes. Y motivemos al personal a darle un desarrollo de carrera real y que no sea discrecional y de alguna manera a dedo”.
Figueredo explicó que “detectó un procedimiento mal hecho con varios puntos incorrectos”. Se refería a los cuestionados nombramientos. Agregó que “intento corregirlos y elevó un informe (de los habitúes) al intendente para que visualizara donde estaban los errores”. Hasta que llegó el día de la reunión de los vaso de agua.
A lo largo de la entrevista y en un principio, Figueredo se resistíó a mencionar quien le había arrojado los dos vasos de agua. Pero finalmente y por medio de acertijos indicó a Mónica Lugones como su agresora. Al mismo tiempo aclaró que “la mujer (Lugones) venía nerviosa desde antes, empezó a agredirlo verbalmente. Figueredo advirtió con retirarse si continuaban las agresiones. Finalmente Lugones le arrojó los dos vasos de agua “que por suerte no impactaron en mi persona. Si me mojaron a mí y al intendente municipal” subrayó Figueredo. Y agregó: Después me tiró golpes de puños y me amenazó de muerte, Víctor”. El conductor sorprendido respondió: ¡Pinamar da para todo!
El funcionario inició un sumario administrativo contra la responsable de Recursos Humano del Municipio e integrante de la cúpula sindical.
Finalmente y poniendo paños fríos dijo: “Estamos todo bien. Esta es una situación extrema, no se lo recomiendo a nadie. Me toco vivirlo a mí. No hay problemas. Supongo que las relaciones se recompondrán. No tengo ninguna animosidad contra ella, pero la ley es la ley. No es algo que pueda tolerar”.
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