Músico de raza, amante de la experimentación, Beto Fisher se presentará el sábado 19 de agosto, a las 18 hs, junto a Franco Ricoti (guitarra), Ángel López y Pato Romero (ambos en percusión).
Apenas empezada la charla, Beto nos cuenta que se identifica con la frase “la música para mí es vida”, y logra que el “aire” adopte forma de melodía, tanto en un aula como en el escenario. Haciendo un poco de historia, Beto nos cuenta que a los siete años descubrió el saxo, luego de su paso por la guitarra y el piano, tras ingresar a la Banda Juvenil Municipal de General Madariaga. Con algo de ironía reconoce que aquella etapa iniciática tuvo mucho de autodidacta. Luego, se formó con Guillermo Pazzatti y, más tarde, estudió en la Escuela Municipal de Avellaneda. Sin embargo, nunca deja de remarcar su génesis: “En mi caso todo comenzó en casa, mi primer y mejor formador fue mi viejo”.
Al preguntarle cuál de todas sus presentaciones fue más especial y por qué, Beto confiesa algo que sucedió cuando tenía apenas ocho años: “Fue con la Banda Juvenil en una Final Intercontinental en la cancha del Club Independiente, había cerca de 40.000 personas. Claro que a lo largo de mi vida tuve una gran cantidad de conciertos, en muchos ámbitos (desde una escuela de barrio hasta un escenario de renombre nacional), pero la experiencia de aquel día en Avellaneda hizo que me uniera a la música para siempre”.
La docencia es también parte esencial en la vida de Beto: “Enseñar es muy reconfortante", nos cuenta, "Es como sembrar una semilla y acompañar el proceso: se trata de cuidarla, regarla, y dejarla crecer hasta ver sus flores y frutos”.
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