La experiencia de estos tres países es un posible reflejo de lo que se espera para el resto cuando se alcance la cresta de la ola. La opinión de los expertos
La escalada de los casos de COVID-19 crece exponencialmente. Se están viendo tasas de infecciones como no había ocurrido antes. La escalada de casos aumenta en vertical. Ómicron no da tregua y desafía todo lo previsto. En España, a pesar de cursar la enfermedad de manera leve, cada día superan un nuevo récord de contagios. La ocupación de camas por COVID-19 ha subido en los últimos días en dos décimas al 6,40%. La presión asistencial está en riesgo medio. Las comunidades con los números más altos son Cataluña (8,48%) y Comunidad Valenciana (8,16%). Ambas se encuentran en riesgo medio.
Sin embargo, los expertos afirman que cuánto más rápido sube una ola, antes alcanza el pico y baja más rápido. Sostienen que cuando la curva sube muy rápido es porque se contagia mucha gente que se expone y en poco tiempo ya no hay muchas más personas que contagiar. Coinciden en que este marcado crecimiento de infecciones no puede continuar para siempre.
En Sudáfrica, en donde se descubrió el primer caso de Ómicron, está bajando con la misma velocidad con la que subió. Cerca del 20 de noviembre, los casos comenzaron a ascender bruscamente hasta alcanzar el pico, el 17 de diciembre. A partir de allí comenzó a bajar de una manera notoria.
Dinamarca, por su parte, es el segundo país con más casos de Ómicron por detrás del Reino Unido. A partir del 5 de diciembre, con el probable arribo de Ómicron al país, empezó a crecer casi de forma vertical. En apenas 15 días alcanzaba el pico y comenzaba el descenso de casos.
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