Una paliza para el intendente interino
Como si de un cuadro surrealista se tratara, el recinto del HCD fue escenario de una interpelación al mandatario que provocó risas y estupor entre los vecinos presentes.
En un clima tenso pero ordenado, vecinos y funcionarios acompañaron las más de dos horas de interpelación al intendente interino, Hernán Muriale, realizada durante la Sesión Extraordinaria del miércoles 27 en el recinto del Concejo Deliberante de Pinamar.
Muriale, y sus funcionarios, el director de Fiscalización, Roberto Baena y el coordinador de Playas, Enrique Arias (ausente sin aviso y sin explicación), fueron citados por los ediles para dar cuenta sobre las irregularidades administrativas denunciadas por Lucas Ventoso relacionadas con la habilitación y control de venta ambulante en playa que el Municipio debió efectivizar durante esta temporada.
Luego de dar lectura al decreto de convocatoria, referido a “situaciones aberrantes que viven los vendedores ambulantes en nuestra playa”,Muriale tomó la palabra para decir que el Ejecutivo se puso a disposición de la Justicia para ayudar a develar el posible delito. Dicho esto, Muriale remarcó que el tema “se ha utilizado políticamente por parte de políticos que intentan desestabilizar la institución”. Un argumento al que el intendente recurrió en más de una ocasión. “Hemos suministramos al Fiscal Torres la información solicitada”.
Olvidando que no se encontraba en un Tribunal de Justicia sino en el Concejo Deliberante respondiendo a cuestiones administrativas, argumentó: “Es la Justicia la que debe dar el veredicto, decir si hubo o no delito. Por la información que tenemos, todavía el fiscal no ha encontrado ningún ilícito ni que se haya reclutado personas para explotar laboralmente”.
Sin embargo, en cuanto a la responsabilidad administrativa municipal, el intendente fluctuó entre asegurar que no se había cometido ninguna irregularidad y justificar el descontrol en la playa en la crisis financiera que vivió el municipio entre 2011 y 2012 y la falta de recursos materiales y de personal con que cuenta el área de Fiscalización.
Otra de las estrategias a las que Muriale recurrió una y otra vez fue la victimización de los trabajadores remarcando que “ser vendedor ambulante no es ser delincuente” pretendiendo desnaturalizar, así, el verdadero interés de los ediles: indagar sobre las irregularidades administrativas que pesan sobre su gestión en el control de la playa.
Gabriel Vidauli tomó la palabra para mostrar el decreto que el firmó el intendente el 13 de Diciembre autorizando sectores para la venta ambulante. “El decreto discrimina los 350 puestos que autorizó el HCD en 2011 y dice, claramente, que será obligatoria la obtención del permiso de venta ambulante. Además, cada vendedor deberá contar con la identificación visible, el uniforme reglamentario, libreta sanitaria, certificado policial, monotributo, residencia, etc.”. El decreto aclara que “se prohíbe la trasferencia (del permiso) entre personas, norma que sin el permiso a la vista, la habilitación caducará y hace al la Dirección de Fiscalización responsable de controlar esto”.
Al día siguiente de firmado este decreto, “el 14 de Diciembre, la Municipalidad recibió de parte de Paulo Martín Cigarreta la compra de cuarenta permisos de venta ambulante de helados para el cual abonó $142. 464. ¡Ya vemos como viene le tema! Una persona saca cuarenta permisos y la Municipalidad lo permite, cuando el decreto dice que esto no se puede hacer”.
Muriale increpó a Vidauli pidiéndole que mostrara el sello de pago. “Eso es una boleta que se sacó para pagar pero nunca se sacó (el permiso). Uno paga los permisos de varios personas pero se adjunta la nómina”. Ante esta respuesta, Vidauli remarcó: “Ese hábito suena administrativamente extraño ya que usted adjuntó el listado de rubros habilitados para vender alpargatas, pareos, choclos, etc., pero de helados no los he visto”. Muriale respondió que traería la información, “pero esos permisos nunca se otorgaron”.
Es decir, aclaró Vidauli, “se emitió una factura que nunca se cobró. Es una irregularidad un poco extraña porque, una vez que está emitida la factura, este señor está en deuda. Esto esta liquidado. Alguien permito que esto tuviera número de cuenta”. Recordemos que la denuncia de Ventoso se refiere, justamente, a la venta no habilitada de helados y gaseosas por parte de vendedores que debieron vivir en forma inhumana en casillas ubicadas a pasos del puesto de Cigarreta.
Vidauli continuó con su alocución: “Dentro del informe existe un acta labrada el 6 de enero para los puestos ubicados en AV. Del Mar, cerca de Prefectura, dirigidos a Javier Giménez Díaz: el 14 de enero, hay otra acta que insta al vendedor a regularizar la situación; el 7 de febrero le dicen lo mismo pero, esta vez, para el puesto que tiene en Av. Del Mar y UFO Point. ¿Quién es esta persona? ¿Por qué el inspector nunca le solicitó el permiso? De acuerdo al decreto firmado por usted, sino tenia el permiso a la vista, éste caducaba. ¡Lo firmo usted!”.
La respuesta del intendente fue: “¿Que quiere que haga? ¿Que lo metamos preso?”
Con paciencia, Vidauli le sugirió al intendente que decomise la mercadería. “¡Se trata de las casillas donde tiene un cartel que dice se necesitan vendedores, tienen 40 permisos, reclutan gente y, después, el inspector va y le dice ponga todo en orden! ¡El 6 febrero entra la denuncia de Ventoso y el 7 regulariza su situación!”.
Reconociendo el mal accionar municipal, Muriale responsabilizó de esto a la crisis financiera. “En el área de Fiscalización teníamos cuatro inspectores que se tenían que ocupar de controlar comercios y clausurar, de los residuos, etc. La prioridad no fue la playa, hay problemas más graves como la suciedad. No tenemos una estructura adecuada de control”
Sin embargo, le aclaró Vidauli, “estamos diciendo que un agente estuvo, vio y no hizo lo que tenia que hacer”.
A lo que Muriale respondió: “Sí lo hizo: le hizo un parte: lo invitamos a que regularice la habilitación. No son delincuentes estos trabajadores. (…) Si me pregunta si fui con una topadora, no. no lo hice. No le voy a sacar el trabajo a esta gente” cargó, una vez más el intendente, con un argumento que no sensibilizó a los vecinos presentes por la falacia que éste implicaba. Todo lo contrario, los vecinos se rieron y le gritaron: “Deja de llorar, Muriale”. Y le sugirieron que les pagara con los cien mil pesos de sueldo que cobró en diciembre.
Pacientemente, Vidauli lo increpó: “Usted interpreta la ley y la aplica a su criterio”. Afirmación que Muriale negó inmediatamente: “No, lo que hago es determinar prioridades para el municipio como la limpieza”.
Sin embargo, “la prioridad dice que el 28 de diciembre usted firmó un pedido a la CALP para que baje electricidad a cuatro puestos ilegales, porque los espacios públicos los dispone el HCD, no usted. No se otorga el espacio publico a dedo donde, además, no hay pagado ningún canon. ¡Se ha dado el uso de la playa a cuatro personas! Regalamos esto porque, total, después cobramos a los contribuyentes. Usted, de puño y letra, autorizó la bajada. Usted interpreta la ley como le parece. El que dispone de la playa es el HCD ¿Con que autoridad usted firmo esta autorización?”
Una vez más, Muriale sorprendió con su respuesta: “Durante muchos años existieron estos puestos donde la gente se colgaba del alumbrado publico. Se dio la autorización para evitar que sucedan estas tomas clandestinas porque es muy difícil vender helado o gaseosa sin frío. Negarle los medios seria, por lo menos, irresponsable. Cobrarle el espacio público a un vendedor ambulante, no se si corresponde”. Ante la insistencia de Vidauli, agregó: “Todas las autorizaciones fueron firmadas por el Ejecutivo. Si no, cambien la ley. Jamás en la historia de Pinamar la ocupación de un espacio publico pasó por el HCD”.
El tema de los puestos clandestinos y las precarias casillas donde debieron vivir los trabajadores durante el verano, fue otro tema de debate. Vidauli mostró un audio de Radio Brisas donde el intendente hizo declaraciones reconociendo la existencia de estos puestos. “El 15 de febrero reconoció a Radio Brisas que se quedaba a dormir alguien para guardar la mercadería. Pero el 13 de febrero, usted tenía en su poder un acta hecha por el fiscal Torres donde le recomendaba que, habiendo detectado que las casillas se usaban como vivienda, tomara medidas urgentes. ¿Qué medidas tomó?”
En un ir y venir de argumentos que desmentían los hechos denunciados pero que, al mismo tiempo, justificaban la falta de control en playa, Muriale se contradijo en forma constante: “Ante la gravedad de los hechos, se afectó gente de Fiscalización y los vendedores decidieron levantar los puestos. Hasta el mes de febrero, esto no fue la prioridad para el Municipio. En Fiscalización entró gente nueva a la que había que adiestrar (sic)”.
Aquí, la discusión se enredó en un debate sobre la trata de persona sufrida por los vendedores y la prostitución sufrida por las dos adolescentes de Florencio Varela que fueron traídas a Pinamar bajo el engaño de que serian contratadas como vendedoras ambulantes. Muriale manifestó su indignación porque ambos temas se mezclaron “buscando un rédito político”. Y realizó una encendida defensa del presidente del HCD, Albert Germain. “El municipio actúo responsablemente tanto en la trata con la venta ambulante como en el de explotación. Para que haya trata debe haber una persona que diga ´a mi me explotan´¨. Se actuó, se podría haber hecho mucho mejor, pero recibimos un presupuesto aprobado recién a principio de año”, insistió Muriale.
Vidauli exhibió las fotos de las casillas y preguntó al mandatario: “¿Usted reconoce esas fotos? ¿Cómo es que hay semejante pila de colchones para que duerma solo un sereno?”. A lo que Muriale respondió que “de ninguna manera” se avala que duerma gente. ¿Y cómo llamaría usted a que alguien tenga tantos permisos y reclute gente per se?” insistió el concejal.”No veo tanta gente” respondió Muriale, indignando a los presentes. “Entonces, era uno solo el que usaba muchos colchones” ironizo Vidauli.
Y el intendente finalmente, reconoció: “tomamos las medidas cuando tomamos conocimiento de esto que fue cuando se hizo la denuncia”.
Intervención de Taurizano
Llegado el turno de Mercedes Taurizano, ésta tomó la palabra para resaltar el descontrol existente en la playa”a la vista de todos”. Y preguntó: “Si la playa no fue prioridad para el Municipio, ¿cuál es la prioridad? ¡En verano vivimos de la playa! Si hablamos de basura, la playa fue una exposición de basura en Pinamar. La foto de La Nación era de la playa” Y remarcó la falta de habilitación de los vendedores ambulantes: “¿Como se entregan esos permisos que se multiplicaron mágicamente? ¿Cuánto se cobraron?”.
Una vez más, Muriale dijo: “Tuvimos un mal año. Pero, gracias al Presupuesto que no aprobaste, pudimos volver a tomar a los chicos que se encargaban de limpiar la playa. Hoy tenemos una Av. del Mar sin pozos y un poco mas de orden en Pinamar. Los pincha papeles, ni siquiera tenían bolsas”. La respuesta de los presentes fue una larga carcajada. “El año que viene vamos a tener una buena gestión porque vamos acontar con los recursos”.
Taurizano insistió con su pregunta: “Cuánto se cobró a cada uno?” La respuesta fue: “Los puestos de reposición no se cobraron. Si creen que la municipalidad puede funcionar cobrando un puesto, estamos muy errados”. A lo que Taurizano ironizó: “Niego que estemos complotados con Roberto Porretti para desestabilizar el gobierno. Ustedes se desestabilizan solos”.
Intervención de Di Pascuale
Rosana Di Pascuale manifestó su sorpresa “por la enérgica defensa de Muriale al presidente del HCD. Acá nadie lo acuso de proxeneta solo se le pidió la renuncia por sentar en este HCD a Aguirre”. Sobre el tema puntual de la sesión, la edil dijo: “Estoy harta de escuchar al Ejecutivo que no tenemos recursos”. Y señaló que el intendente “envío al HCD un informe que es una tomada de pelo. Estoy harta de las excusas porque el Municipio sí para pagar un sueldo de $93.000 al intendente cuando los abuelos están sin agua y sin gas, cuando la basura nos tapa a todos. En Diciembre Muriale se cobró cuatro meses retroactivos” (ver nota).
Di Pascuale se refirió, también, a los testimonios aportados en el HCD por los vendedores ambulantes con y sin habilitación “donde nombraron a funcionaros como Gustavo Sarobe, Enrique Arias, Mario Troncado y Baigorria. Mantenemos el anonimato porque la gente tiene miedo de hablar” (ver nota). Sarobe justificó su posición diciendo que él había remitido a los vendedores al HCD. Y, contradiciendo las palabras dichas minutos atrás por el intendente interino, el funcionario dijo: “La única forma de aprobar un permio es a través del HCD. Una feria o un espacio deben lograrlo a través del HCD”.
Luego, Di Pascuale solicitó la lectura de los empleados del área de Fiscalización, que hizo evidente un dato llamativo y que el intendente no pudo explicar: “Entre lo empleados de playa nombrados, hay un señor Sergio Ariel Márquez, cuyo DNI es 27.105.640” dijo Vidauli. “Es la misma persona que está autorizada a tener una bajada de luz para vender helados y gaseosas. Es decir, un funcionario de fiscalización era un permisionario de venta de helados y playas. Y está su firma también, intendente”.
A lo que el mandatario respondió: “Hay otro Sergio Ariel Márquez”. Las risas del público no se hicieron esperar. Vidauli insistió: “Figura el DNI”. Ante esto, Muriale manifestó: “Lo voy a ver, pero no debería ser así. Puede ser que Márquez haya hecho la gestión”. Más risas del público.
Sobre el final, Roberto Porretti señaló su acuerdo con el testimonio y las preguntas de sus pares y con la documentación en la mano, dio a conocer la “impresiónate” cantidad de horas extras que fueron asignadas a los empleados de Fiscalización.
Por ultimo, Muriale reconoció que la crisis que vive Pinamar “ha generado un gravísimo deterioro en las funciones del municipio. Uno debe asignar prioridades, no se pudo controlar la venta ambulante”. Pero “se terminó la época de no hay plata para sueldo.
Hemos puesto el municipio en marcha”. Y, tal vez, refiriéndose a su nuevos aliados políticos, dijo: “La oposición debe ser por convicción y no por si te dan un puesto o no”.
La sesión se cerró con el compromiso de Muriale de brindar información fehaciente que explique cuarenta permisos abonados por de Cigarreta y el posible doble rol de Márquez como funcionario y permisionario de playa.
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