Científicos de la Universidad de Umeå, en Suecia, concluyeron que el segundo refuerzo resultaría eficaz para prevenir la mortalidad, incluso tras la aparición de la variante Ómicron. El divulgador científico y profesor de farmacia de la Universidad del País Vasco, Gorka Orive, sumó datos sobre esta investigación
El documento muestra que en los dos primeros meses después de la cuarta dosis, tanto las personas mayores de 80 años que vivían en casa como las que lo hacían en sitios de retiro tenían un menor riesgo de morir
El COVID-19 atraviesa el mundo dentro de una pandemia que ya no es la misma a la del comienzo, pero que sigue mutando a través de nuevas variantes y subvariantes del virus. En este universo, donde Ómicron se presenta con nuevas versiones más contagiosas, la ciencia va dejando evidencia de nuevos hallazgos casi a contra reloj.
Se sabe: cada población reacciona de forma distinta frente al virus. Y el rango etario es una variable que a veces puede ser decisiva. Los más ancianos y aquellos con situaciones de salud frágil que recibieron una cuarta dosis de la vacuna COVID-19 tienen un menor riesgo de morir prematuramente en comparación con los que solo tomaron tres dosis. Así lo demuestra un estudio del Registro Nacional de la Universidad de Umeå publicado en la revista científica The Lancet Regional Health en su edición europea.
El documento muestra que en los dos primeros meses después de la cuarta dosis, tanto las personas mayores de 80 años que vivían en casa como las que lo hacían en sitios de retiro tenían un menor riesgo de morir en comparación con quienes habían solo tres dosis durante el mismo período.
No hay comentarios:
Publicar un comentario