El delegado en charla con nuestro medio también precisó que “El viaje de Cariló a su viejo partido es un hecho”. Ya se realizó el pedido formal. Un grupo de vecinos, muy numeroso, llevó al gobernador un documento firmado donde se expresa la intención de pertenecer nuevamente a Madariaga, un pedido que apunta a las raíces pero que también deja entrever errores importantes en la administración pinamarense. Hoy la expectativa es grande y al respecto las autoridades madariaguenses se han mostrado ilusionadas a través de quien lleva la voz, el Delegado municipal Jorge “Gallo” Claveríe, dado que la división no fue producto de una visión estratégica sino que fue motivada por razones comerciales que no tuvieron en cuenta la genuina evolución de los núcleos poblacionales. Así a Madariaga se le quitó parte de sus tierras y se formaron ciudades que en la prisa no tuvieron en cuenta un futuro crecimiento, que hoy comienza a ser un problema. Al respecto Claveríe, indicó que “General Madariaga cuenta con estructura como para manejar Cariló, y que está preparada para recibirla”. “El municipio cuenta con la experiencia y el equipo necesarios como para llevar adelante la propuesta de los vecinos, que son muy lógicas, simplemente piden que el dinero de los impuestos vuelva en obras. Para Madariaga es importante porque la costa es un patrimonio que jamás quiso perder” -aseguró.
También precisó que se está al tanto de la problemática que plantean los vecinos de Cariló que “no son para nada difíciles de resolver”, y aclara que “lo que comenzó ya no tiene retorno. El viaje de Cariló a su viejo partido es un hecho”, a la vez que se mostró complacido porque a las miles de firmas que ya se presentaron al gobernador, cada día se suman más lo cual confirma la uniformidad en la solicitud vecinal. Cariló deja una pregunta y es qué pesa más en la balanza, si la necesidad de los vecinos y el apego de pertenencia que origina la raíz histórica o un decreto ley de la dictadura que no tuvo en cuenta el futuro y las problemáticas que se plantearían. Sin dudas será esa la interrogación que deberán responder aquellos que tienen la posibilidad histórica de hacerlo. En ese aspecto el delegado municipal Jorge “Gallo” Claveríe ha llevado adelante una tarea muy dinámica, que incluye charlas con los vecinos y solicitudes a todos aquellos funcionarios involucrados. Muchas reuniones esperan esta semana mientras los plazos se acortan. La Delegación municipal, pequeña y muy bien cuidada, tanto que destaca entre los pinos y los eucaliptos, ha demostrado la importancia de su existencia, guarda entre sus ladrillos modernos, una búsqueda de armonía. Ubicada entre dos poblaciones parece querer abrazarlas en una, del mismo modo que sus fundadores. En tanto más cerca, Pinamar observa como una ciudad resignada, tal vez con la esperanza de acoplarse a un espíritu que contrasta con los torbellinos políticos de los últimos años.
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