
En la sesión llevada adelante en la mañana de hoy, para tratar y aprobar el Informe Final de la Comisión Investigadora, el concejal Edgardo Paso se ausentó con aviso. Una ausencia que llamó la atención de los presentes y despertó la suspicacia de la prensa.
Resulta paradójico que el concejal Paso no le preocupe estar presente en una sesión que concluye con una etapa sensible sobre las actuaciones administrativas de la Comisión Investigadora. Máxime si recordamos que por aquellos días, de etapa investigativa, su ansioso protagonismo lo llevan a improvisar conferencia de prensa desacatando la disposición de la Comisión. O salía por cuanto medio radial se le cruzara por encima del vocero escogido por el cuerpo. Pero sí, en efecto es el mismo Paso que viste y calza y que pasea por las sierras cordobesas.
El susurro a voces del cambio de rumbo de Edgardo Paso se cimenta cada vez más en las calles pinamrenses y los acuerdos con Hernán Muriale se evidencian poquito a poco. De todas formas, el sucesor de Altieri no la tendrá nada fácil si piensa contar con el egocéntrico edil como aliado. Y es posible que no soporte su soporte legislativo. Como fundamento del pronóstico, bastaría recordar el mal momento que le hiciera pasar, en la cosecha de pruebas, a la Dra. María Julia Fasanella y Dr. Alejandro Bayley. Cuando en una burda miscelánea entre Tarantino y Ptrocelli, Pasito perseguía a los funcionarios por los pasillos del Palacio Municipio. La proeza fílmica acabaría con la paciencia de los letrados y concluiría en denuncia penal.
Muchos son los que sostiene que el joven referente de Unión Celeste Blanca, no llegó por un apoyo sincero del voto popular, sino por una alianza lectoral que lo benefició en detrimento la UCR de Mercedes Traurizano. Así como también, esos muchos consideran que el unicato de Proyecto Pinamar, la petulancia e individualismo de su exponente y las ambiciones familiares proyectadas en la descendencia, erigieron un proyecto legislativo que no verá el sol de la intendencia.
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