El jefe de Estado y la canciller alemana mantuvieron un encuentro bilateral en La Nuvola, tras participar en la primera sesión de la cumbre de líderes mundiales, que analizó la situación global de la salud y la economía post pandemia
Por Román Lejtman
(Enviado especial a Roma). Alberto Fernández se reunió con Angela Merkel en la Cumbre del G20 para lograr que Alemania apoye a la Argentina cuando el board del Fondo Monetario Internacional (FMI) tenga que decidir si concede al país un crédito de Facilidades Extendidas para refinanciar la deuda de 44.000 millones de dólares que contrajo Mauricio Macri durante su mandato presidencial.
El Presidente llegó a la cita junto a Santiago Cafiero -canciller-, Martín Guzmán -ministro de Economía-, Gustavo Beliz -secretario de Asuntos Estratégicos- y Jorge Argüello, embajador argentino en Estados Unidos. Estos funcionarios, cada uno en sus espacios de poder, ejecutan la estrategia de negociación con el FMI que diseñó Alberto Fernández.
Alemania es clave para la estrategia del jefe de Estado, porque tiene cerca del 6 por ciento de la representación en el board del FMI, además de su influencia política en la toma de decisiones de ciertos países europeos que integran la conducción del organismo multilateral de crédito.
Alberto Fernández consolidó una buena relación personal con Merkel, tras su encuentro en Berlín y el puñado de video conferencias que compartieron en los últimos 12 meses. El Presidente respeta la capacidad intelectual de la canciller alemana, y siempre le agradeció sus gestiones reservadas para lograr el acuerdo de refinanciación con los acreedores privados.
Pero las negociaciones entre países son más complejas, porque hay otros intereses y variables políticas en juego. No es lo mismo un jefe de Estado en elecciones de medio término, que un banquero de Wall Street que se apura a cerrar un deal que le permita vender sin escalas los bonos nacionales que acaba de refinanciar.
En este contexto, Alberto Fernández insistió ante Merkel en su posición de reducir los sobrecargos que pesan sobre el crédito de 44.000 millones de dólares que contrajo Macri. Esos sobrecargos implican 1.000 millones de dólares al año, una cifra que Argentina en las actuales condiciones no puede enfrentar con las reservas del Banco Central.
Hasta ahora, Alemania no está de acuerdo con reducir los sobrecargos, un posición que es compartida por Estados Unidos y Japón.
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