Una de las típicas maniobras que suelen hacer los gobiernos argentinos cuando la gente percibe que el tipo de cambio oficial está atrasado es subir el tipo de interés de política monetaria
Por Roberto Cachanosky
Luego de haber destruido 5 signos monetarios y de haber tenido largos períodos con inflación, megainflación e hiperinflación, el argentino perdió la confianza en el peso y utiliza al dólar como refugio de valor e, incluso, como medio de intercambio de transacciones cada vez más pequeñas.
Gobierno tras gobierno ha utilizado infructuosamente al dólar como ancla contra la tasa de inflación a pesar de seguir políticas que conducen al déficit fiscal y a la necesidad de emitir pesos para financiarlo cuando pierden la capacidad de colocar deuda.
La resistencia de la dirigencia política a llevar adelante reformas estructurales siempre termina en querer sustituirlas con créditos externos, acuerdos con el FMI, artificios monetarios o financieros. La realidad es que no hay artificio monetario, financiero o ancla cambiaria que pueda resolver el problema del nivel y la calidad del gasto público, la legislación laboral, la carga impositiva y otras cuestiones que requieren de una reforma independientemente de las medidas monetarias.
En los últimos meses, la tradicional y justificada desconfianza de los agentes económicos en el peso y el uso del tipo de cambio oficial como ancla contra la inflación causada por la emisión monetaria, ha generado corridas contra el peso, que el BCRA pretende frenar con aumento de la tasa de interés de referencia del mercado.
Históricamente, el uso del tipo de cambio oficial como ancla contra la inflación causada por la emisión monetaria, ha generado corridas contra el peso
El presidente Alberto Fernández prometió, durante la campaña electoral, que iba a terminar con la timba financiera de las Leliq y que iba a bajar la tasa de esas Letras, para que con lo que se ahorraba iba a darle remedios gratis a los jubilados, y subirle 20% los haberes.
Sin embargo, como puede observarse en el siguiente gráfico la tasa efectiva anual de política monetaria que fija el BCRA pasó de 64,5% anual en enero de 2020 a 98,6% anual desde el 11 de agosto, en tanto que el stock de deuda en Leliq y Pases netos aumentó de 1,6 billones el 23 de enero de 2020 a $7,2 billones, recordando que en noviembre de 2019 había un stock de $ 1 billón. En otras palabras, el Gobierno aumentó el stock de deuda del BCRA y la tasa de interés que paga por esa deuda. Los remedios gratis para los jubilados aún sigue pendiente.
En síntesis, el juego te doy tasa, dame dólares exige tasas de interés creciente a medida que va pasando el tiempo y los plazos de colocación son más cortos porque el inversor espera un salto cambiario cada vez más cercano
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