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sábado, 26 de marzo de 2022

Recalibrando: el FMI no usó eufemismos para decir que el programa es incumplible y que habrá que hacer cambios

La guerra, un contexto global muy volátil y las debilidades propias de la Argentina obligarán a que las modificaciones del nuevo esquema lleguen antes de lo esperado. Qué piensan Kristalina Georgieva y los directores del Fondo

Por Sebastián Catalano



El acuerdo al que llegó el gobierno de Alberto Fernández con el Fondo Monetario Internacional, y que rubricó ayer el directorio del organismo que dirige la búlgara Kristalina Georgieva, nació viejo, obsoleto. El impacto del contexto global, que generó aún con derivaciones inciertas la invasión de Rusia a Ucrania y los vaivenes de la golpeadísima economía local hacen que el nuevo programa sirva para poco y nada.

No es una especulación, un análisis o una proyección. Así lo reconoció el propio Fondo ayer, en un comunicado en el que definió al entendimiento con un riesgo “excepcionalmente alto”. Además, adelantó qué habrá que recalibrar metas ya, antes de lo pensado, en medio de pedidos de “amplio consenso político y social” y de implementación de “reformas estructurales”, un concepto que enerva aún más los ánimos en la caldeada coalición gobernante.

En cuatro párrafos muy claros, la propia Georgieva dejó en claro que el escenario es mucho más complejo de lo que se preveía. Para nadie es una novedad que el contexto siempre fue muy difícil, pero la contundencia con la que la directora gerente del FMI se refirió al acuerdo, no sólo lo pone en la categoría de incumplible sino que también deja en claro que ambas partes se asociaron en la desgracia para firmar una hoja de ruta imposible a la que la guerra le dio la estocada final. Así, el Fondo, que le dio a Mauricio Macri en 2018 el préstamo más alto de su historia –por fuera de sus estándares–, solo parece buscar cubrirse.

De entrada, la número 1 del Fondo habló de cierta recuperación de la economía y el empleo locales, pero después fueron todas malas noticias. A saber:

- “Argentina continúa enfrentando desafíos económicos y sociales excepcionales, que incluyen un ingreso per cápita deprimido, niveles elevados de pobreza, inflación alta persistente y una pesada carga de deuda”.

- “Un fuerte consenso político y social es clave para sostener la implementación de la agenda de reformas, incluso a mediano plazo”, recomendó.

- “Los riesgos para el programa son excepcionalmente altos y los efectos secundarios de la guerra en Ucrania ya se están materializando”, afirmó el organismo. Y puso en agenda lo que llamó “recalibración temprana del programa”.

La primera misión llegará un mes antes de lo previsto, a mediados de mayo. Será un termómetro urgente para medir el impacto local de la guerra y la inestabilidad de los números fiscales y la inflación. Se sabe: los supuestos sobre precios de la energía que ambas partes acordaron semanas atrás no tienen razón de ser. No la tenían en ese momento, y mucho menos luego de la invasión rusa y el salto de los commodities.

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