El gran desafío para el Gobierno será mostrar éxito en su lucha contra el aumento de los precios, que ya suben a una velocidad de tres dígitos. Esa batalla será clave para que el oficialismo llegue con chances a las elecciones
Por Pablo Wende
Sergio Massa consiguió alejar el peor escenario para la economía: descontrol cambiario y la posibilidad de una hiperinflación. Obtuvo resultados rápidos y consolidó sus primeras medidas con el respaldo del FMI e incluso del Tesoro norteamericano. Lo que viene por delante es mucho más arduo y él lo sabe. Su apuesta ahora es que el kirchnerismo llegue a las elecciones del año que viene con chances reales de continuar en el poder.
Una cosa es estabilizar el dólar y reducir la brecha cambiaria apenas debajo del 100% y otra muy diferente es mejorar el bienestar de las familias. Y para eso es fundamental conseguir una reducción fuerte de la inflación y al mismo tiempo un aumento de los salarios en términos reales. Luce como un objetivo sumamente difícil, a pesar del buen arranque que consiguió el ministro de Economí
La inflación de los últimos seis meses arroja un ritmo de aumento anualizado del 108%, es decir que ya se ubica en niveles de tres dígitos. Massa planteará hoy al presentar ante el Congreso el proyecto de Presupuesto 2023 que apunta a bajarla cerca de la mitad. No se sabe si realmente piensa que es factible o si se trata del viejo artilugio de subestimar ingresos para disponer discrecionalmente del gasto, sin necesidad de aprobación legislativa.
El 7% del índice de agosto reflejó lo complejo que resulta romper la inercia inflacionaria. Luego del pico de julio, ni siquiera la caída de los dólares financieros ayudó a moderar la presión sobre los precios.
Algunos rubros suben al 10% mensual en forma persistente, como sucede con la ropa y el calzado, no muy diferente a lo que sucede en las góndolas de los supermercados, tanto para alimentos y bebidas, como para artículos de higiene personal y limpieza del hogar. Sólo la estabilidad del precio de la carne permitió que en agosto no se llegara a un nuevo récord mensual.
Massa es consciente que no puede quedarse con los logros de corto plazo y que la economía continúa en estado frágil, como describió el FMI luego de la reunión que mantuvo con la número uno del organismo, Kristalina Georgieva. Cualquier cimbronazo externo o interno podría llegar a desmoronarla nuevamente.
En este marco, lograr una baja sustancial de la inflación en 2023 y una consiguiente mejora del salario sería poco menos que milagroso.
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