La jefa del PRO dijo que “el clima que armaron no es apto para un diálogo democrático” y tomó distancia de los radicales que hablaron con el ministro del Interior. “Si no me llaman es porque quieren dividirnos”, aseguró
Por Ricardo Carpena
Patricia Bullrich pateó el tablero: rechazó el diálogo al que quiere convocar el Gobierno y tomó distancia de Gerardo Morales y otros radicales por haber hablado con el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, sobre esa iniciativa para bajar la tensión política.
“El clima que armaron no es apto para un diálogo democrático”, dijo a Infobae al apuntarle al oficialismo. Y agregó: “Si quieren bajar un cambio, que pidan disculpas por habernos acusado de ser los instigadores de este lobo solitario (por Fernando Sabag Montiel), que saquen sus tuits, que se desdigan de la Plaza, que deconstruyan todo, que se juramenten en que no va a haber ninguna Ley del Odio, que digan que todo lo que dijeron fue un error y que politizaron el tema”.
“A mí nadie me llamó. ¿Por qué no me llaman si soy la presidenta del PRO? ¿No tienen mi teléfono?”, se preguntó Bullrich. “No me llaman porque no me quieren llamar, porque quieren dividirnos. Entonces no voy a entrar en esa”, advirtió. Y enseguida enfatizó: “¿En el marco de qué es la convocatoria? ¿En el marco de Wado de Pedro diciendo que no fue un loco suelto ni es un hecho aislado sino tres toneladas de editoriales en diarios, televisión y radios? ¿En el marco de (el senador José) Mayans? ¿De las escuelas bonaerenses, donde hicieron un manual en el que dicen “Yo odio, Tú odias, El odia. Nosotros odiamos, Vosotros odíais y él gatilla? No, señores. Frente a un hecho grave, que no tiene nada que ver con el sistema democrático argentino y donde hay una investigación judicial, ellos deciden quiénes son los culpables: la prensa, la oposición y la Justicia”.
Consultada acerca de las versiones oficiales que indican que De Pedro llamó primero a los radicales porque son “más permeables” al diálogo, la titular del PRO consideró que “no es un problema de permeabilidad al diálogo sino un problema mucho más profundo: ellos acusaron a la República y nosotros estamos en el imperio de la ley, donde no se puede aceptar un discurso como el que tienen, diciendo que los gatilladores fuimos nosotros junto con la prensa y la justicia”.
“Dejémonos de joder -se enojó-. Este es un hecho de violencia individual o de un grupo que no tiene nada que ver con estos tres factores, que son exactamente la República. ¿Están dispuestos a reconocerlo y deconstruir todo lo que hicieron desde el primer momento? No lo creo”.
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