Lo reveló un estudio realizado en Israel, donde se está realizando un seguimiento a las personas que se inmunizaron. Las claves de la investigación publicada
El COVID Prolongado o síndrome post-COVID-19 es un problema sanitario emergente y complejo que ya está afectando a la humanidad y podrá impactar en el futuro, incluso después de la pandemia por el coronavirus. Entre los síntomas más comunes se encuentran la fatiga, la dificultad para respirar y la disfunción cognitiva, pero también otros que afectan a los sistemas musculoesquelético, cardíaco y nervioso central y que, por lo general, repercuten en el funcionamiento cotidiano de las personas afectadas.
Un estudio realizado en Israel aportó más pruebas sobre los beneficios de aplicarse las vacunas contra el COVID-19 como una manera de reducir el riesgo y el impacto del COVID Prolongado.
Ya se sabía que los síntomas del Covid Prolongado pueden fluctuar o recaer con el tiempo. Los más prevalentes son la fatiga (aproximadamente el 58%), la falta de aire (24%), el dolor articular (19%), el dolor torácico (16%)2,3, el dolor de cabeza (44%), las palpitaciones (11%), las limitaciones físicas, la depresión (12%) y el insomnio (11%). Estos síntomas pueden surgir después de la recuperación inicial de un episodio agudo de COVID-19 o ser síntomas persistentes que no se resuelven después de la infección.
El nuevo estudio fue llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Medicina Azrieli de la Universidad Bar-Ilan de Israel. Demostraron que la vacunación con al menos dos dosis de las vacunas desarrolladas por las empresas Pfizer y BioNTech reduce drásticamente la mayoría de los síntomas a largo plazo que los individuos declaran meses después de contraer la infección por el coronavirus.
En la investigación, ocho de los diez síntomas más comunes se registraron entre un 50 y un 80% menos entre los individuos que recibieron al menos dos dosis de la vacuna contra el COVID-19 en comparación con los que no recibieron ninguna dosis.
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