El hombre aseguró que vio a Fernando Sabag Montiel accionar la corredera del arma que empuñaba. Los vídeos fueron claves para reconstruir la secuencia del accionar criminal del brasileño y su novia, Brenda Uliarte. Se espera en las próximas horas el procesamiento con prisión preventiva de los dos detenidos
Por Andrés Klipphan
Un testigo clave, vinculado al kirchnerismo, terminó por complicar la ya difícil situación judicial de Fernando Sabag Montiel, el hombre de 35 años que intentó matar a Cristina Fernández de Kirchner el 1 de septiembre a la noche, frente a su departamento de Recoleta. El militante, uno de los cientos que rodeaban y vivaban a la Vicepresidenta, declaró que presenció el momento en que el brasileño, primero gatilló el arma que apuntaba sobre la cabeza de la ex mandataria pero, al comprender que el proyectil no salió de la pistola Bersa semiautomática de acción simple, calibre 32, “inclinó el cuerpo y accionó la corredera para cargar el arma”. Según su relato, de inmediato “con otros compañeros lo empujamos, se le cayó el arma y la pisé para asegurarla”.
El resto fue captado por las cámaras de TV que transmitían en vivo y los celulares: otro grupo de militantes lo detuvieron, le pegaron un golpe en la cara y realizaron una detención ciudadana. Lo entregaron a efectivos de la Policía de la Ciudad y estos a los agentes de la Policía Federal Argentina.
El primer acercamiento a ese relato lo tuvo la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) la fuerza federal que colabora en la investigación después que la jueza María Eugenia Capuchetti desplazara a la PFA disconforme con su accionar.
Al comprender la importancia de lo atestiguado por el militante K, de inmediato se informó al Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 5, lugar al que fue trasladado para que brinde testimonio bajo juramento de decir la verdad.
Según le dijo a Infobae un investigador con acceso al expediente, los dichos del testigo, que estaba a menos de medio metro de la ex jefa de estado, y a centímetros del atacante, es muy importante porque confirma la hipótesis de la magistrada y del fiscal Carlos Rivolo. Creen que el arma fue manipulada en dos oportunidades: primero al percutarla (el clic que se escucha sobre el griterío) y al tirar hacia atrás la corredera para cargarla (el segundo sonido identificado por los peritos).
Las imágenes surgen de la tarjeta de memoria del teléfono de Fernando Sabag Montiel, donde se puede observar cómo manipula el arma, tira de la corredera para recargarla y simula un disparo al vacío.
En un primer momento se creyó que Fernando Sabag Montiel accionó dos veces el gatillo, pero al corroborar que se trataba de una pistola semiautomática de acción simple, esto no es posible si no sale la bala. Ahora no quedan dudas que el segundo sonido, registrado a milésimas de segundo del primero, fue el intento por corregir el error inicial: introducir una de las cinco municiones del cargador en la recámara para asesinar a CFK.
Si bien el ministro de Seguridad Aníbal Fernández afirmó que “no falló nada” del operativo, esa interpretación no está en sintonía con los investigadores. En la causa se investiga a los custodios. Las imágenes revelan su falta de proceder y Cristina Fernández permaneció en el lugar seis minutos hasta ser abandono la escena. Si hubiese estado un segundo tirador, este podría haber completado el magnicidio.
Si bien el imputado se negó a declarar las dos veces que fue citado a indagatoria, su defensor oficial Juan Martín Hermida, podría alegar que Sabag Montiel no tenía intención de matar a la ex senadora porque el arma no estaba cargada, y que, por esa razón, se le quiere endilgar un “delito imposible”. El testimonio del militante K sería un golpe a esa estrategia defensiva.
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