En Chubut la cúpula de la UCR pactó con el gobierno peronista eliminar las primarias. Macri impulsó una declaración de condena. Por qué defienden esa herramienta para dirimir las candidaturas
Por Facundo Chaves
Los principales líderes del PRO y la mayoría de la UCR volvieron a salir en conjunto a rechazar cualquier cambio en la legislación electoral que implique la suspensión o eliminación de las Primarias Abiertas, Simultáneos y Obligatorias, las PASO, previstas para el año que viene. Lo hicieron en relación a un proyecto que se puso en discusión en Chubut, tras un acuerdo del gobierno peronista de Mariano Arcioni con la conducción provincial del radicalismo, que envía señales ambiguas.
La reacción, que pudo generar sorpresa en el ámbito político, encierra varios mensajes y muestra la especial atención que hay entre los principales dirigentes opositores sobre que el kirchnerismo pueda avanzar en una iniciativa similar pero en el ámbito nacional. ¿Pero qué genera tanta preocupación entre los opositores? ¿Es sólo por cuestiones institucionales?
Uno de los más enfáticos en rechazar la derogación fue Mauricio Macri: “En Chubut hay sectores que quieren modificar las reglas electorales a meses de votar y derogar las PASO. Les molesta la participación ciudadana, promueven atajos. No se puede ser cómplice de este retroceso, menos quienes desde JxC decidimos defender la democracia y participación”, publicó en Twitter,
Lo cierto es que las PASO son para el PRO mucho más importante y decisivo para su futuro que para el resto de los partidos de la coalición opositora. De hecho, tampoco hubo manifestaciones sobre el tema Chubut de la Coalición Cívica, el otro “socio fundador” de JxC.
Un futuro impensado
Con este escenario, en la coalición opositora empiezan a analizar escenarios. Admiten que si anulan las PASO serán ellos más perjudicados que el Gobierno, cuya candidatura principal puede ordenarse por el dedo de Cristina Kirchner o la ausencia de postulantes competitivos que puedan discutir su liderazgo.
A entre 8 y 10 meses de la definición de candidatos -cuando todavía falta tanto en un país cada vez más parecido a una nación del realismo mágico- sólo Sergio Massa puede mostrar vocación y estatura para disputar una postulación presidencial por el Frente de Todos o el nombre que asuma la coalición que suceda a la que ahora está gobernando. Si no es Cristina o quien ella designe -un Jorge Capitanich, Axel Kicillof o algún tapado- el orden lo podría resolver una negociación política de alto nivel.
Es distinto lo que ocurre en la oposición. Juntos por el Cambio requiere de la herramienta de las PASO tanto para sumar votos, desde los más moderados hasta los más fanáticos, como para dirimir quién será el que defina el rumbo, el tono y el ritmo de una administración que tendrá que luchar si llega al gobierno con un peronismo desordenado, casi endiablado.
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