A escasos días del comienzo de la temporada, Pinamar asiste entre sorprendida e indignada a los desmanejos que desde el Departamento Ejecutivo se insisten en realizar sobre los balnearios del principal tesoro que tenemos los habitantes de este lugar, que no otra cosa son nuestras playas. Tales desmanejos, encubiertos por la equivocada decisión de una mayoría ocasional del HCD de negar la autorización para las ofertas únicas de la licitación en marcha, persiguen continuar con un estilo de gobierno autoritario, que consiste en lo que el Sr. Intendente hizo siempre: manejar a su antojo la renovación de las explotaciones de la playa, con decretos de ocasión, sin control alguno y de espaldas a la legalidad. Todas las opiniones serias coinciden en calificar al proceso licitatorio iniciado por el gobierno justicialista, como irreversible, a menos que se abra un riesgoso proceso litigioso cuyo final será pérdidas económicas para el Municipio (como ocurrió hace pocos días con un importante pago, resultado de pleitos perdidos en gestiones anteriores por del Dr. Altieri), pero especialmente un retroceso en materia ecológica, un mazazo a la industria de la construcción y daños irreversibles a trabajadores y profesionales de Pinamar.
En estos días proyectos ingresados al HCD llevan la dirección antes indicada y tanto su rechazo como su aprobación, conducirán a empeorar una situación crítica, de la que resultan patos de la boda los oferentes de la licitación, que no saben qué hacer como no sea buscar abogados. Por ello es que entiendo como una solución inmediata que el Sr. Intendente, en un gesto que honraría su gestión, ponga punto final a esta cuestión, autorizando las ofertas únicas de la licitación en marcha, rechazadas por una ordenanza nula, permitiendo a los nuevos concesionarios la explotación provisoria de los balnearios, sólo este verano, para que en abril, definitivamente, se inicie el gran cambio que esperan las playas de Pinamar. Araceli E. Pavón Concejal
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