Se llevaron una ovación que incluyó aplausos de pie, nos emocionaron hasta las lágrimas, ellos no olvidarán por un buen tiempo el número 20 con el que concursaron en la preliminar Pinamar. Nosotros nos quedaremos con el recuerdo, de haber sido testigos, del tango que les corre por la sangre hasta transformarse en danza que llega al alma. Gabriela Gallese y Alejandro Lazzaro fueron los rotundos ganadores de aquella noche de 3 de julio en el Hotel del Bosque. Nos representarán el 27 de agosto en las semifinales que se disputarán en la Usina del Arte y –por estos días- entrenan con mucho compromiso y dedicación.
En esta oportunidad entrevistamos a Alejandro. Su humildad es directamente proporcional al talento que despliega en las pistas. Cada vez que pudo- durante la charla- se mostró inmensamente agradecido a la Dirección de Cultura, no sólo por la organización, sino también por la calidez del evento. “Nos sentimos mimados y muy cómodos, por eso cuando nos invitan a una exhibición sentimos orgullo de representar a Pinamar”.
Nació en Tres Arroyos pero desde hace mucho tiempo vive en Tandil. Cuenta que con el cambio de ciudad su hermana- en aquel entonces- quiso tomar clases de tango pero le daba vergüenza asistir sola, así empezó el capítulo que lo inició en la danza, “me pidió que la acompañara, me negué rotundamente. Me insistió, le dije que el tango no era lo mío, hasta ese entonces yo no había hecho nada artístico. Ella estaba monotemática y no claudicaba en su pedido, me llegó a decir no tomes la clase pero acompañame. Y así fue, la acompañé”. Sonríe mientras aclara que su hermana duró solo dos meses.
Nuestro semifinalista baila desde hace poco más de dieciséis años. Tomó clases en la Universidad del Centro, luego tuvo un paso fugaz por el Ballet Universitario. También se formó con Marcela Vallejos y Guillermo Boyd e integró- por muchos años- el Ballet Municipal de Tandil que ellos impulsaron. De ese proceso me quedan grandes recuerdos “con el espectáculo abrazo de tango recorrimos el país, visitamos Brasil y Chile. Esa compañía fue un semillero, de ahí salieron grandes bailarines, incluso una pareja que ya ganó el mundial de tango”.
Alejandro es un amante de esta danza, pero al mismo un estudioso en la materia. Nos contó “a mí me gusta la exploración, investigar los movimientos, creo que de ese proceso salen cosas muy interesantes y tengo la fortuna de haber estado rodeado siempre de excelentes bailarines que me ayudaron a crecer. Tuve compañeros que constantemente me invitaron a nivelar para arriba. Mi crecimiento radica ahí. Mis parejas de baile siempre fueron muy exigentes y eso me ayudó mucho. Hoy es un placer bailar con Gaby (llama así cariñosamente a Gabriella Gallese, su actual compañera de equipo, con la que competirá el 27 de agosto) es una persona impresionante y una bailarina increíble con la que estamos trabajando muchísimo para dar lo mejor”.
Un día antes de las semifinales, el 26 de agosto, se realizará en la Usina del Arte la presentación de todas las parejas ganadoras de las distintas preliminares. A nuestro embajador poder recorrer antes la pista y – sobre todo- poder bailar antes de la competencia, le da seguridad. Sabe además que a medida que pasan las instancias el nivel es muy alto “estamos muy enfocados en la competencia y, además, poder representar a Pinamar, un lugar que nos trató tan bien, para nosotros es un plus de motivación”.
Por estos días el entrenan con otra pareja de su ciudad que ganó la preliminar en Junin. Orgulloso reconoció “trabajamos con Delfina Pisani y Diego Valero, eso también es gratificante, creo que hay tres preliminares dentro de la Provincia de Buenos Aires y dos fueron ganadas por bailarines de Tandil”.
Ingresamos en el mes clave para el mundial de tango. Pero también es un mes importantísimo para los pinamarenses, por primera vez escribiremos una página en la mayor competencia mundial de esta disciplina y más allá de los resultados- observar la entrega de Gabriela y Alejandro- en este camino de preparación debe dejarnos la certeza que estaremos muy bien representados.
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