Por Alberto Lettieri, especial para NOVA
Mucho se habló en la semana que pasó sobre un cambio en la estrategia electoral del Gobierno Nacional. Circularon rumores de todo tipo con los pésimos números que surgen de las encuestas sobre la imagen de Mauricio Macri. Los gobernadores aliados adelantaron las elecciones para evitar aparecer colgados de su boleta y el radicalismo se fracturó entre los que se niegan a continuar en Cambiemos y los que solo seguirían si las concesiones se incrementan considerablemente.
El run run interno dentro del PRO también dividió aguas. De un lado los fundamentalistas, con Jaime Duran Barba y el propio Macri exigiendo morir con las botas puestas y evitar toda intromisión extrapartidaria en las fórmulas de los Ejecutivos de Nación, Ciudad y Provincia de Buenos Aires, y los negociadores, que aconsejan componer fórmulas mixtas con vices radicales, para tratar de garantizar la continuidad de la alianza.
Sin embargo, entre uno que no quiere y otro que no puede, resulta muy difícil alcanzar un acuerdo. El Gobierno Nacional amagó ensayar un gesto de apertura, cuando el presidente Macri convocó para el próximo lunes a las autoridades de la UCR a una reunión. Mucho se especuló sobre el temario, y circularon rumores de que se le ofrecería la vicepresidencia a la UCR, a condición de que el partido concretara su Convención y apoyara en forma unánime la continuidad de Cambiemos.
Sin embargo, la respuesta fue decepcionante. Los gobernadores radicales, proclives a seguir en la alianza, no pueden garantizar la reunión de la Convención ni, mucho menos, que en caso de reunirse se tome una decisión que no sea la ruptura, o dejar en libertad de acción a los afiliados para integrar el espacio político de su preferencia.
La respuesta de los "rebeldes" fue aún más contundente, ya que respondieron con nuevas críticas fulminantes a las políticas del Gobierno Nacional y recomendaron a sus correligionarios no asistir a la convocatoria del lunes. Si quieren negociar, deberían habilitar las PASO competitivas para definir la fórmula, en lugar de ofrecer un cargo sin importancia como prenda de unidad. "¿Creen ustedes que la culpa de los desaciertos del Gobierno la tiene Michetti?"-disparó Ricardo Alfonsín. "Michetti no corta ni pincha ahí adentro. La vicepresidencia es un cargo testimonial", concluyó.
Ante la entidad de las reacciones del radicalismo, el Gobierno buscó recomponer su imagen asegurando que en la reunión del lunes no se haría ofrecimiento alguno. Así, el cónclave quedó reducido a un simple encuentro informativo.
Como los plazos avanzan, el Gobierno optó por definir una mesa chica electoral, compuesta exclusivamente por funcionarios. En representación de Mauricio Macri estarán Marcos Peña Braun y el rehabilitado Rogelio Frigerio, por Horacio Rodríguez Larreta se incorporó Diego Santilli y Federico Salvai por María Eugenia Vidal. Su composición fue comunicada a los radicales en una cena realizada el jueves por la noche, de la que participaron Peña, Vidal y Rodríguez Larreta por el PRO y Alfredo Cornejo por la UCR.
Para cuidar las formas, se dispuso crear una mesa de enlace con los aliados para coordinar acciones de campaña. Los designados para componerla fueron Luis Naidenoff por la UCR y Maximiliano Ferraro por la Coalición Cívica.
Las novedades indican que no solo no habría fórmula mixta, sino ni siquiera acuerdo para diseñar la campaña en común. Oscuro panorama para el futuro de Cambiemos.
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