"Vecinos de la calle Saavedra, entre Calcuta y Víctor Hugo en Ostende, presentaron una denuncia ante el Fiscal Juan Pablo Calderón porque les estaban “robando hasta la calle”.
Por Mariana Dufour
El robo de arena en Pinamar no es ninguna novedad. Infinidad de denuncias se han realizado a lo largo de los últimos quince años sin que nada sucediera. Se trata de una maniobra que, según consta en las denuncias, involucraría a funcionarios e intendentes que, casualmente, son propietarios de corralones.
El negocio de la arena genera desastres ecológicos difíciles de revertir que a pocos importa porque mueve cifras siderales. Y Pinamar lo sabe muy bien. La crisis institucional y moral que vive Pinamar ha llevado a que, esta vez, el robo haya sido realizado de una manera tan burda y desvergonzada, que se hizo difícil de soportar… y de ocultar.
“Me están robando hasta la calle”
En conferencia de prensa, el abogado Lucas Ventoso explicó que el martes 24, vecinos de Ostende lo llamaron para decirle “que les estaban robando la calle”. Al llegar a la calle Saavedra, entre Calcuta y Víctor Hugo, “vi que había una cava de 80 cm que impedía el ingreso de los autos a las viviendas. Además, en las dos esquinas había dos montículos de arena que superaban los 2 metros . O sea, nadie podía entrar ni salir”.
Según indicó Ventoso y los frentitas Enrique Lescano y Pedro Rivas, nada indicaba que se tratara de una obra pública y los camiones carecían de toda identificación municipal.
Según explicaron los vecinos, las topadoras eran dirigidas por Mario Ugartemendia, funcionario municipal de la Dirección de Planeamiento, Obras y Proyectos y, al mismo tiempo, uno de los titulares de la empresa Del Sol Obras y Proyectos S.A. Esta empresa no es nueva en Pinamar: ya ha sido beneficiada con la adjudicación de varias obras municipales. Su rápido crecimiento ha sido envidiable (tal como ha ocurrido con los corralones de los ex intendentes).
La sorpresa llegó cuando Lescano indicó a la prensa que estos camiones “cargaban la arena que tomaban de su calle y se la llevaban a una obra particular donde la vendían. Por si fuera poco, estos camiones no cuentan con patentes”. Y explicó que, al consultar al maquinista, éste le dijo que trabajaba para la Municipalidad : tenía orden de excavar entre 70 y 80 cm por debajo del nivel de la calle. ¡Una locura!”
Luego, “esa misma maquina cargaba camiones con arena y se iba, aún sin haber terminado el trabajo. Por eso, decidí seguirlo”, explicó Lescano. “El camión llegó hasta la rotonda de YPF y, en una obra particular, descargó la arena. Este viaje se repitió unas cinco veces”.
Preocupado, Lescano solicitó ver al responsable del la “obra”. Luego de ir y venir, fue el mismo Ugartemendia el que, en calidad de empresario, se presentó ante el frentista: “Mario me dijo que estaban haciendo la obra. Que ellos no le cobraban a la Municipalidad por el trabajo que hacían y, por eso, eran dueños de hacer con la arena lo que quisieran….como la Municipalidad no tiene plata…”.
“Es un robo de arena que se disfraza de obra”
Pedro Vivas es otro vecino damnificado por una obra similar, realizada el año pasado. “Cada vez que llueve, se hace una pileta frente a mi casa. Abrí un expediente porque Beto Morales (secretario de Servicios Urbanos) nunca me atendió”. Vivas acudió, entonces, al director del Corralón de Valeria del Mar, Leandro Brignoles. ¿Qué logró? Que los camiones municipales bajaran el nivel de las cuadras “a una profundidad importante. Luego, trabajando en horas de la noche, una maquina de la empresa Pinavial - la misma que realizó la desastrosa obra de ingreso a Ostende – se llevaba toda esa arena al terreno de Brignoles”.
Indignado, Vivas agregó: “Cuando llegaron las maquinas, pensé que traían la solución ¡Nada que ver! Vinieron a sacarnos más arena para venderla a particulares. Brignoles hizo su casa sobre una loma con arena que robo de la cuadra de los vecinos”.
La increíble maniobra de estos funcionarios culminó en la Fiscalía de Pinamar.
“Una gacetilla que delata la complicidad del Ejecutivo”
“Lo grave de todo esto, es que, cuando el Ejecutivo advirtió que estaba interviniendo la Fiscalía , el viernes 27, envió una gacetilla de prensa falsa. Durante esos cinco días, la Municipalidad no había dado ninguna explicación, a pesar de la queja de los vecinos” reveló Ventoso. “Esta gacetilla vino a desnudar la indispensable participación del intendente en esta maniobra de engaños”. El viernes 27, “ la Municipalidad montó un escenario instalando instrumentos de agrimensura para tomar las fotos que acompañaron la nota que anuncia obras hidráulicas. Lo absurdo es que dejaron un pozo entre Víctor Hugo y Calcuta, donde se formó una laguna. La lluvia revela lo que hicieron”.
La descomunal “obra” produjo la rotura de un caño maestro de la CALP. Los denunciantes aseguraron que la Cooperativa no preguntó de qué se trataba la obra: “Me parece que hay algo que esta mal”, desconfió Lescano.
Ventoso explicó que esta situación “no se circunscribe a esa cuadra; la calle Sáenz Peña tenía un metro de altura más. Se llevaron centenares de camiones de arena. Lo mismo hicieron en la Plazoleta María Teresa de Calcuta donde dejaron una cava profundísima. En Andes y Bertbeder hay una plaza pública donde, hace poco más de un año, hicieron un pozo inmenso: centenares de camiones se llevaron la arena”.
El abogado reveló que el negocio de la arena es millonario: “Cada camión de arena vale entre $400 y $500. Todo ese negocio lo maneja Ugartemendia desde su corralón, sacando arena de las calles”.
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