UD. VIO EL CARNAVAL EN PINAMAR?

En el tema del Carnaval, se puede sintetizar la falta de una política turística que va mucho más allá de la lucha contra la estacionalidad. Creo sinceramente que lo que falta también es una política que aproveche en mayor grado la estacionalidad actual, y no quedar pendiente de terceros para concluir diciendo si la temporada fue buena o mala. No existe programación, falta profesionalismo para sacar rédito de los escasos días que Pinamar tiene dedicados a la alta temporada, pero si el gobierno desarrolla nuevas zonas comerciales cambiando zonificaciones que en vez de favorecer a un crecimiento sustentable y generador de nuevos puestos de trabajo, simultáneamente los hace perder por otro sector.
La creación de espacios comerciales “nuevos” como la calle Olimpo, que se tornan en exitosos por la afluencia de público redunda en el “vaciamiento” de otros espacios comerciales..
En 1976, durante la última dictadura militar, se implementó el decreto 21329/76 en el que se prohibían los feriados de carnaval.
La buena gestión de organizaciones no gubernamentales preocupadas en su “pago chico”, pusieron en sintonía espacios que hasta hace poco tiempo no brindaban al turista lugares de esparcimiento, tal es el caso de Valeria del Mar..
El ejemplo de la coherencia dentro del partido de Pinamar, podría ser la localidad el aplicado en Cariló que se ha mantenido fiel a su plan director inicial casi totalmente, a pesar que “manos traviesas” de funcionarios muchas veces han querido tergiversar -y a veces lo han logrado..
Fechas como la del Carnaval deberían ser aprovechadas para conformar un evento que se pueda vender y que permita promocionar aún más el destino Pinamar y brinde a la población estable una fuente mayor de recursos.
El tema Carnaval es un emergente que pone sobre el tapete la carencia de políticas turísticas del actual gobierno, que sin embargo “acepta” un subsidio simbólico de $50.000 para los carnavales, monto que no hubiese servido para mucho, pero que el gobierno municipal –tal cual lo reconoció el propio intendente- lo derivó a otros gastos, admitiendo una malversación del mismo. Que diría el Tribunal de Cuentas al respecto?